Leire Díez, exmilitante del PSOE, declaró ante el juez que la investiga por supuestos delitos de tráfico de influencias y cohecho, que sus encuentros con el ex secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, fueron estrictamente profesionales, desvinculándose así del partido.
En su testimonio como investigada, Díez rechazó las acusaciones basadas en audios donde presuntamente ofrecía favores a cambio de información delicada sobre altos cargos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y la Fiscalía Anticorrupción. Fuentes jurídicas indicaron a Europa Press que Díez ha pedido que se anulen esas grabaciones, alegando que están manipuladas.
La exmilitante aclaró que las reuniones con Cerdán ocurrieron en 2024, con el propósito de entregar documentación donde el PSOE figuraba en ocasiones como víctima, y destacó que su relación con Cerdán y con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien conoció en mítines, es inexistente más allá de su rol periodístico.
El juez Arturo Zamarriego, que lleva el caso, considera que Díez podría estar al frente de una operación delictiva con Javier Pérez Dolset y el periodista Pere Rusiñol, orientada a obtener información comprometedora para interferir en investigaciones relevantes. Este escándalo surgió tras la divulgación de audios en los que se escucha a Díez ofrecer favores a cambio de datos sensibles.
Además, el juez ha incluido denuncias de los fiscales Stampa y José Grinda sobre un presunto intento de soborno en el que Díez se presentó como la ‘mano derecha’ de Cerdán y la ‘persona que ha puesto el PSOE’. Durante esa reunión, Pérez Dolset mencionó que, tras la imputación de Begoña Gómez, esposa de Sánchez, el presidente instruyó ‘limpiar todo sin límites’, refiriéndose a la purga de elementos corruptos en la policía y la justicia.
‘Lo sabrán’, aseguraron al fiscal Stampa, indicando que tanto Sánchez como otros altos cargos estarían informados del encuentro.
“HABRÁ AMPLIACIÓN”