Una mujer acusada de intentar incendiar a su hija de cuatro meses dentro de su cuna ha declarado que nunca tuvo la intención de lastimar a la bebé y que solo prendió fuego a un juguete tras consumir alcohol y varias pastillas de Diazepan.
Explicó que su acción fue un ‘grito de ayuda’ debido a su soledad y descontrol: ‘La cabeza se me fue, no controlé lo que hice, se me fue de las manos’, manifestó durante el juicio en la Audiencia Provincial de Valencia, donde enfrenta una posible condena de 25 años por intento de asesinato, con la agravante de parentesco y la atenuante de embriaguez.
Detalles del Incidente
Según la Fiscalía, la acusada se encerró en una habitación y, intentando acabar con la vida de su hija, prendió fuego a un juguete y lo colocó bajo la cuna. El hermano de la acusada intervino, salvando a la niña que solo sufrió una quemadura leve.
La acusada negó cualquier intención de dañar a su hija, que fue concebida mediante fecundación in vitro. ‘Era una niña deseada’, insistió. Tras el diagnóstico de cáncer de su madre, la situación familiar se complicó, incluyendo problemas con su hermano y estrés por el cuidado de su madre y su hija.
El día del incidente, tras una discusión con su hermano, consumió alcohol y Diazepan. ‘Estaba en estado muy depresivo, de ansiedad, no tenía ganas de vivir’, declaró. Afirmó que intentó dañar un objeto de su hija para ‘fastidiar’ a su hermano, pero negó haber puesto en riesgo la vida de la bebé. ‘No sabía lo que hacía por el efecto de las pastillas, se me fue de las manos el fuego, empezó a crecer y no sabía que hacer. Me quedé bloqueda’, explicó.
Después del incidente, fue diagnosticada con un trastorno psíquico y ha estado en tratamiento. ‘Nunca he ido a un psiquiatra porque me sentía fuerte y creía que no lo necesitaba, que lo iba a superar. Ahora ya sé que si vuelvo a estar depresiva tengo que pedir ayuda’, concluyó. Además, ha compensado al padre de la niña con 950 euros por responsabilidad civil.