El pasado 14 de octubre, la Policía Nacional procedió a la expulsión de 11 extranjeros, todos ellos con un “amplio” historial delictivo, tras una decisión judicial. Más de la mitad de estos individuos venían de cumplir condenas en prisiones españolas.
De este grupo, cuatro habían estado en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barcelona. Los otros siete, recién salidos de la cárcel, fueron también incluidos en esta medida de expulsión. La Policía Nacional organizó un operativo que contó con 22 agentes y 9 vehículos en Barcelona para trasladar a los detenidos hasta Madrid. Desde la capital, fueron finalmente enviados por avión a sus países de origen, según detalla un comunicado oficial.
















