El presunto agresor del menor asesinado en Garrucha (Almería) niega ante el juez cualquier abuso sexual

El principal acusado por la muerte de Lucas en Garrucha niega ante la jueza cualquier agresión sexual y su defensa cuestiona el informe preliminar de la autopsia.

Archivo - Juzgados de Vera (Almería). Rafael González - Europa Press - Archivo

El hombre investigado por la muerte de Lucas, el niño de cuatro años cuyo cadáver apareció en una antigua fortificación de la playa de Garrucha (Almería), ha vuelto a rechazar este viernes ante la autoridad judicial haber cometido una agresión sexual contra el pequeño, sobre el que pesaba una orden de alejamiento que le prohibía acercarse a él.

Así lo ha explicado ante los medios su abogado, el letrado Manuel Martínez Amate, tras la comparecencia celebrada en la Sección Civil y de Instrucción del Tribunal de Instancia número 3 de Vera (Almería), convocada para confirmar las medidas cautelares de prisión provisional ya impuestas tanto al sospechoso como a la madre del menor, Bárbara B.O., igualmente detenida por los mismos hechos.

El principal encausado, que al igual que la coinvestigada ha intervenido mediante videoconferencia, habría reiterado ante la jueza que no agredió sexualmente al niño, según ha señalado su defensa, que ha subrayado la actitud “colaborador” de su cliente al someterse “voluntariamente a la prueba de ADN” para los correspondientes análisis periciales.

“No ha habido más conversación, ni más declaraciones, ni más cuestiones”, ha remarcado el letrado de Juan David R.C., quien ha puesto el acento en que el informe forense disponible es todavía preliminar y que, por tanto, la posible agresión sexual no estaría “certificada plenamente”, a la espera de que el dictamen definitivo permita “analizar todos y cada uno de los elementos”.

En esta línea, el abogado ha vuelto a aludir a las “molestias estomacales” que, según la versión de su patrocinado, habría sufrido el pequeño mientras permanecía a su cargo durante la mañana del 3 de diciembre en la vivienda familiar de Garrucha y que, de acuerdo con esa tesis, habrían contribuido al desenlace mortal cuando la madre ya se encontraba en el domicilio, avisada por su pareja sentimental.

Pese a ello, el acusado no ha ofrecido explicaciones sobre los signos de violencia detectados en el cuerpo del niño. “Me comentó que la criatura, al parecer, era un poco torpe en el sentido de que se caía con demasiada facilidad y todas estas cosas”, ha manifestado Martínez Amate, reproduciendo las palabras de su cliente.

Preguntado por qué no se contactó con los servicios de emergencia al comprobar el mal estado del menor, el abogado ha apuntado al “miedo” que habría sentido el investigado, al tener en vigor desde el 20 de octubre una orden de alejamiento que le impedía no solo aproximarse al niño, sino también hacerse cargo de su cuidado.

El cadáver de Lucas, cuyo fallecimiento se sitúa en torno a las 15,30 horas según el informe de autopsia, fue sacado de la vivienda y llevado posteriormente hasta la playa de Garrucha, donde fue localizado pasadas las 22,00 horas dentro de un antiguo búnker por los agentes que participaban en la búsqueda.

De acuerdo con la versión que sostiene la defensa, habría sido la madre del menor quien solicitó al acusado que trasladara el cuerpo porque “le gustaba jugar al niño sobre esa zona”, algo que, según esa explicación, se habría hecho “a modo de, vamos a decir, de despedida, de estar a solas con el cadáver porque el niño se traslada ya muerto hacia esa playa”.

“Incluso me ha llegado una noticia oficiosamente de que a lo mejor todo esto pudiera responder a un ritual de santería o de cosas de estas”, ha añadido Martínez Amate, quien ha recalcado que en el atestado policial consta que la madre del niño pidió el día previo a los hechos que “le buscase agua bendita” para “rociar la habitación en la cual residían”.

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