Los dos hombres acusados de agredir al presidente del Consejo Comarcal del Bierzo y exalcalde de Ponferrada (León), Olegario Ramón, negaron de forma reiterada su implicación durante la vista celebrada este martes. Pese a ello, la Fiscalía mantuvo su solicitud de cinco años de prisión para uno de ellos por un delito de atentado a la autoridad con agravante de discriminación por motivos ideológicos y de dos años de cárcel para el otro por amenazas.
El juicio tuvo lugar en la Audiencia Provincial de León, donde tanto el Ministerio Fiscal como las acusaciones particulares defendieron que los hechos han quedado acreditados y respaldados por las grabaciones aportadas, en las que se aprecian insultos, amenazas y una agresión contra Olegario Ramón.
El procedimiento se refiere a lo ocurrido el 11 de abril de 2024, cuando el entonces portavoz socialista en el Ayuntamiento de Ponferrada y actual presidente del Consejo Comarcal del Bierzo fue supuestamente atacado en plena vía pública a la salida de la sede del partido.
Los acusados, identificados como F.P.C. y J.A.P.A., participaban en una concentración frente a la sede del PSOE de Ponferrada contra la Ley de Amnistía, junto a otros manifestantes, en el momento en que se produjo el incidente. En los vídeos difundidos posteriormente por el PSOE de Ponferrada se aprecia cómo uno de los concentrados, que portaba banderas de España, se abalanza sobre el dirigente socialista, le propina varias patadas y forcejea con él mientras se escuchan descalificaciones.
Durante su declaración, F.P.C. sostuvo que se encontraba frente a la sede socialista para protestar y tratar de resolver “el problema del país” y “lo que está pasando” con “las drogas, las putas”, cuestiones con las que, afirmó, no está de acuerdo, por lo que acudía con su bandera ante la sede del PSOE porque “ellos son los que mandan”.
Versión de los acusados
El principal acusado aseguró que no conocía a Olegario Ramón ni sabía que ocupaba cargos políticos. Manifestó que “no vi a Olegario, vi un móvil que violó mi distancia de seguridad, lo puso demasiado cerca de los ojos, se me fue la mano” y justificó que el manotazo al teléfono fue, según sus palabras, una “reacción natural”.
Relató que, tras golpear el dispositivo, “tiró el móvil y antes de caer ya se dio cuenta de que era un teléfono”, momento en el que le dio una patada para que no impactara contra el suelo, con el objetivo de que no se rompiera y “no tener que pagárselo”. Insistió en que “no le di patadas en la pierna” a Olegario Ramón.
F.P.C. también negó haber proferido insultos contra el dirigente socialista. Afirmó que “en mi vida he insultado a nadie” y sostuvo que la denuncia solo pretende “robar” y quitarle 6.000 euros. Añadió: “Otro motivo no hay, ni estoy en política ni soy de extrema derecha. Yo no me metí con nadie, no tengo que pagar nada a nadie”.
El segundo procesado, J.A.P.A., sí reconoció que sabía quién era Olegario Ramón y explicó que las protestas frente a la sede del PSOE se realizaban diariamente desde noviembre alrededor de las 20.00 horas para mostrar su rechazo a la Ley de Amnistía.
Sobre las supuestas amenazas, defendió que “lo de las hostias” es “una paranoia que se ha montado él” y añadió: “En mi vida le he amenazado ni pretendo y, ¿darle unas hostias? No es mi estilo ese”. Respecto a los gritos de “mentiroso, asesino, pinocho o ladrón”, matizó que iban dirigidos al PSOE y no de forma personal a Olegario Ramón, y sostuvo que, en relación con la presunta agresión física, “jamás le llegó a tocar”.
Relato de la víctima y testigos
Olegario Ramón relató que el día de los hechos salió de la sede del PSOE, cruzó el paso de peatones para ir hacia su coche y, cuando caminaba por detrás de los manifestantes, una persona con un megáfono se le acercó y le dijo: “¿Qué buscas?, ¿provocarnos?; ¿qué quieres?, ¿que te de unas hostias?”. Aseguró que no respondió “ni una sola palabra” y siguió su camino hasta que comenzaron los insultos.
Explicó que entonces sacó el móvil para grabar lo que estaba ocurriendo y que una persona se aproximó, le golpeó la mano y le tiró el teléfono. “Me agaché a recogerlo y me dio varias patadas, incluso me cogió de la chaqueta”, afirmó. Después, según su versión, el agresor se volvió a enfrentar a él con una actitud “muy agresiva” y le espetó: “Eres un asesino, como tu jefe. Tú a mí, como tu jefe, me chupas la polla”.
Una trabajadora del grupo municipal socialista, que declaró como testigo, confirmó el relato de Olegario Ramón y aportó la grabación que realizó. Describió cómo uno de los hombres sujetó al político por el torso, comenzó a zarandearle y a darle patadas en el tronco y en las piernas, con una actitud que calificó de “muy agresiva”.
Pruebas de vídeo y conclusiones de la Fiscalía
El agente de policía encargado de analizar las imágenes y el audio del atestado declaró que en el vídeo se escuchan expresiones como “eres un asesino”, “a mí me la chupas tú y tu jefe” o “ladrones”. También indicó que en las secuencias se aprecia cómo el acusado por atentado a la autoridad agarra a Olegario Ramón por la manga derecha y “le da patadas en pierna”.
En sus conclusiones, el Ministerio Fiscal consideró “muy extraño” que el principal acusado asegurara no conocer a Olegario Ramón. “Consideramos que sabía quien era y los cargos que ostentaba”, señaló, subrayando que la agresión queda reflejada tanto en los testimonios como en las grabaciones, por lo que, a su juicio, los hechos y su motivación “están claros”. Por ello, mantuvo la petición de cinco años de prisión por atentado a la autoridad con agravante de discriminación por ideología.
Las acusaciones particulares coincidieron en que la agresión, los insultos y las amenazas han quedado plenamente acreditados. “Basta con ver los vídeos. Es imposible negarlo”, afirmaron, y añadieron: “No son meros manifestantes. Han decidido usar la violencia como argumento político. Estamos ante un intento sustituir la palabra por el puño; el debate por la patada y la razón por el miedo”.
En su turno final, el acusado señalado como autor de la agresión física sostuvo: “Yo soy la víctima y parece que soy el agresor. No le di una patada a él ni a nadie. Estaba allí con mi bandera y me vino a agredir él a mí”. Concluyó reiterando que “lo único” que hizo fue dar “un manotazo al móvil” cuando se lo pusieron “en la cara” y, “por instinto”, lanzar una patada al teléfono para evitar que se rompiera.
