La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a A.G.F. a una pena total de 15 años y tres meses de cárcel por matar a la lotera de 74 años de Albox (Almería) con el propósito de robarle durante la madrugada del 10 de septiembre de 2021, antes de que sufriera un accidente de tráfico con un vehículo sustraído esa misma noche.
La sentencia, dictada tras el veredicto de culpabilidad emitido por un tribunal de jurado, fija para el acusado diez años y diez meses de prisión por un delito de homicidio con la atenuante de drogadicción, y otros cuatro años y diez meses por un delito de robo, igualmente con la atenuante de drogadicción y la agravante de reincidencia, dada la existencia de antecedentes penales.
El fallo judicial, al que ha tenido acceso Europa Press, establece además que el condenado deberá abonar 90.000 euros a cada uno de los dos hijos de la víctima en concepto de indemnización, más los intereses legales, en este segundo juicio ordenado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) al apreciar falta de motivación en la primera resolución.
Los hechos se produjeron entre las 2:30 y las 4:00 horas de la madrugada del 9 al 10 de septiembre de 2021, cuando el acusado acudió al domicilio de la mujer con intención de robarle, consciente de que vivía sola, al ser vecinos, y de que solía guardar dinero en metálico procedente de la venta ambulante de lotería.
Cuando la víctima abrió la puerta, el acusado le propinó “múltiples puñaladas” con una navaja o cuchillo con la finalidad de acabar con su vida, causándole hasta nueve heridas en cuello y tórax, además de alguna de carácter defensivo. El cadáver de la mujer, semidesnuda y tendida sobre un gran charco de sangre, no fue localizado hasta las 14:00 horas del 10 de septiembre.
Tras la agresión, y una vez que la mujer quedó tendida en el suelo, el acusado se apoderó de un bolso negro con dinero y diversos objetos de valor, así como de dos teléfonos móviles que no pudieron ser recuperados, abandonando posteriormente la vivienda.
El hombre fue arrestado pocas horas después de abandonar el hospital de La Inmaculada, donde había ingresado a raíz de un accidente de tráfico con un coche robado durante la misma madrugada. En el momento de los hechos presentaba una ligera merma de sus capacidades por su grave adicción a las drogas.
Además de los distintos indicios que situaban al acusado en la casa de la víctima la noche del crimen, entre ellos testimonios y el análisis de las antenas de telefonía, el jurado destacó que las pruebas de ADN evidenciaron que bajo las uñas de siete dedos de la fallecida aparecía un perfil genético compatible con el del acusado.
Igualmente, se valoró la declaración de los agentes que practicaron la detención, quienes relataron que, durante el traslado a dependencias policiales, se permitió al acusado realizar una llamada a su madre en la que le pidió que le comprara dos chándales nuevos, dos pares de calzoncillos y que le metiera fuego a toda la ropa que tenía en la casa. Este comportamiento fue interpretado como un intento de hacer desaparecer posibles restos de sangre de la víctima en sus prendas.