Este viernes, la Fiscalía belga ha propuesto una pena de 30 años de prisión para César Arribas Calvo, ex guardia civil, por el homicidio premeditado de Teresa Rodríguez Llamazares, su anterior pareja. Rodríguez, una enfermera de Valladolid, fue asesinada a los 23 años en su vivienda de Bruselas en octubre de 2022, donde recibió más de 150 puñaladas.
Un jurado popular, compuesto por doce hombres y ocho mujeres, declaró el jueves a Arribas Calvo culpable de asesinato voluntario y premeditado, y de usar objetos punzantes para infligir daño, específicamente dos cuchillos de cocina.
La decisión sobre la condena a aplicar ahora recae en el mismo jurado, tras tres años de prisión preventiva de Arribas desde su arresto hasta el juicio actual en el Tribunal penal de Bruselas. Las condenas posibles oscilan entre un mínimo de 3 años y la cadena perpetua.
La Abogada General, representando la acusación del Ministerio Público, ha instado al jurado a considerar una pena de 30 años, señalando que Arribas podría solicitar la libertad condicional tras cumplir 15 años, habiendo ya servido tres en preventiva.
Los expertos, durante el juicio, han concluido que Arribas Calvo no sufría de trastornos mentales que le impidieran entender la magnitud de sus actos. La fiscalía ha enfatizado que la pena impuesta debe reflejar el «daño y sufrimiento» causado por un crimen «extremadamente violento» y ser «proporcional» a la gravedad del hecho y su impacto social.
TRES AÑOS DEL CRIMEN
Arribas Calvo, que fue expulsado del cuerpo de la guardia civil, viajó a Bruselas con el objetivo de «recuperar» la relación con Rodríguez, según declaró en el juicio. A pesar de las reticencias de Rodríguez, se alojó inicialmente en su casa, pero se mudó a un albergue cercano la noche anterior al asesinato. Desde allí, redactó una carta de arrepentimiento y buscó en Internet métodos para cometer el homicidio. Tras el crimen, intentó suicidarse saltando desde la ventana del quinto piso, aunque luego intentó escalar hacia la azotea del edificio.