El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Bergara ha dictado sentencia a favor de una mujer de Guipúzcoa, afectada por esclerosis múltiple, y su esposo, obligando a Vueling Airlines a pagar 1.500 euros más intereses por negarle el embarque con su scooter, esencial para su movilidad.
La afectada interpuso una demanda contra la aerolínea por un incidente ocurrido en diciembre de 2021, durante el vuelo Sevilla-Bilbao operado por Vueling, en el que viajaba con su marido. La demandante, que padece de esclerosis múltiple, utiliza una scooter para desplazarse debido a sus limitaciones de movilidad.
Mediante una agente de Viajes Eroski, se informó a Vueling sobre las especificaciones de la silla de ruedas para asegurar su admisión en el vuelo, y la compañía confirmó que no habría problema. No obstante, al momento de abordar, el comandante rechazó su ingreso y la Guardia Civil tuvo que intervenir para desalojarlos, impidiéndoles volar.
Como consecuencia, se vieron obligados a alquilar un automóvil en Sevilla para llegar a Bilbao, donde devolvieron el coche y volvieron a su residencia en Guipúzcoa. Por estos motivos, reclamaron un total de 1.500 euros por diversos conceptos incluyendo alquiler de vehículo, kilometraje, denegación de embarque, vuelo no utilizado y daño moral.
La aerolínea argumentó que la denegación fue justificada debido a la batería de litio de la scooter, que está prohibida en el avión. Sin embargo, el tribunal ha respaldado a la demandante, señalando que tomaron las medidas necesarias para confirmar que podrían viajar con la scooter sin problemas, y que incluso en el vuelo de ida no hubo inconvenientes.
El fallo destaca que, independientemente de si la denegación está justificada o no, el reglamento aplicable prevé una compensación inmediata cuando el embarque es negado contra la voluntad del pasajero, lo que claramente ocurrió en este caso. Además, subraya que la compañía no gestionó ni proporcionó asistencia conforme a lo estipulado por la ley.
El juzgado también enfatiza que los hechos acontecidos suponen un daño directo a la dignidad y al respeto de la pasajera, que requiere de la scooter por su condición médica, y que el desalojo por la Guardia Civil intensificó su sensación de vulnerabilidad y agravio.