La Unión Europea ha alcanzado un acuerdo para poner fin a todas las compras de gas ruso en otoño de 2027. Los equipos negociadores del Parlamento Europeo y del Consejo pactaron una desconexión progresiva que comenzará con el gas natural licuado (GNL), cuya importación deberá cesar a más tardar el 31 de diciembre de 2026. El veto al resto del gas ruso transportado por gaseoducto quedará completamente implantado en septiembre de 2027.
“Es un día histórico”, declaró la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una comparecencia sin preguntas, acompañada por el comisario de Energía, Dan Jørgensen, y el director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol. El acuerdo deberá recibir aún la aprobación formal del pleno del Parlamento Europeo y de los Veintisiete antes de su entrada en vigor.
“Hoy decimos: nada más y nunca más. Nunca volveremos a la peligrosa dependencia de Rusia, ni a los suministros volátiles, ni a la manipulación del mercado, ni al chantaje energético”, afirmó Jørgensen, que presentó la decisión como un punto de inflexión hacia “un nuevo futuro de seguridad energética”, basado en energías “limpias, propias y asequibles”.
El comisario precisó que la aplicación será “cuidadosa, gradual y coordinada”: seis meses después de que el reglamento entre en vigor quedarán prohibidos todos los nuevos contratos, tanto de corto como de largo plazo. A partir de ese momento, el veto definitivo se extenderá progresivamente a los contratos ya existentes.
Ataque a la financiación de la guerra
La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, celebró el acuerdo a través de un comunicado: “Esta decisión ataca el corazón de la maquinaria de financiación de la guerra de Rusia y refuerza la seguridad energética de largo plazo de Europa. Así es como se salvaguarda el futuro energético europeo y se demuestra el verdadero apoyo a Ucrania”.
En cuanto al calendario, los contratos de corto plazo firmados antes del 17 de junio de 2025 quedarán prohibidos desde el 25 de abril de 2026 si se trata de GNL, y desde el 17 de junio de 2026 si son de gas por gaseoducto. Para los contratos de largo plazo de GNL rubricados antes de esa misma fecha, la prohibición se aplicará desde el 1 de enero de 2027, en línea con el decimonoveno paquete de sanciones. La ruptura total se completará como muy tarde el 30 de septiembre de 2027 con el fin de todas las importaciones por tubería.
El acuerdo contempla salvaguardas para los Estados miembros que tengan dificultades para cumplir los niveles obligatorios de almacenamiento: estos países podrán retrasar la prohibición del gas por gaseoducto hasta noviembre de 2027.
Asimismo, incluye medidas para evitar la elusión del veto, reforzando la vigilancia aduanera, la trazabilidad y la transparencia del gas ruso en los mercados de la UE.
Además del gas, el compromiso prevé la eliminación progresiva del petróleo ruso, aunque sin un calendario definido por ahora. Actualmente solo Hungría y Eslovaquia mantienen una dependencia significativa de este suministro. Los Estados miembros deberán presentar a más tardar el 1 de marzo de 2026 planes nacionales de diversificación que detallen las medidas para asegurar sus suministros de gas y petróleo. También deberán notificar a la Comisión, en el plazo de un mes tras la entrada en vigor del reglamento, si poseen contratos activos de gas ruso o restricciones nacionales vigentes. Bruselas evaluará estos planes y emitirá recomendaciones en un plazo máximo de tres meses desde su recepción.











