Así fue el primer debate de investidura de Zapatero: escucha los mejores discursos y anécdotas en el 20º aniversario

El Estatuto de Cataluña, el reconocimiento de las lenguas cooficiales en la UE, la retirada de las tropas de Irak, el pacto antiterrorista o la ausencia de una mayoría absoluta, marcaron la cita parlamentaria

El candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (durante su intervención en la primera sesión del debate de investidura | CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

El 15 y 16 de abril de 2004 el Congreso de los Diputados acogió el debate de investidura del candidato socialista José Luís Rodríguez Zapatero. En su 20º aniversario, Demócrata recupera los mejores momentos de aquella jornada en una España aún conmocionada por el 11-M y que decía adiós a dos mandatos de José María Aznar.

Tras el discurso en el que Zapatero expuso los ejes de su futuro Gobierno -la renovación de la vida pública, la política exterior, la modernización e impulso de la economía, las políticas sociales y de igualdad y la ampliación de los derechos civiles- llegó el turno del resto de grupos parlamentarios. Un debate que se alargaría hasta la media noche en su primera jornada y en la que el cara a cara con Mariano Rajoy atrajo todos los focos.

De talante va la cosa

El presidente del PP inició su intervención acusando al candidato de falta de «precisión en sus propósitos» y de colocar a la economía en un segundo plano: «No conozco ni un solo dirigente que haya hablado tan poco de economía cuando ha pedido la confianza al Parlamento, ni dos minutos, ni dos minutos».

Además, expresó sus dudas sobre «el precio» que iba a pagar Zapatero y los españoles a cambio del apoyo a su proyecto. «Es obvio que sin concesiones no podrá gobernar», insistió Rajoy desde la tribuna.

Rajoy pide a Zapatero que identifique a sus socios «actuales o potenciales»

Aunque el popular fue muy crítico con las posibles reformas constitucionales planteadas por el líder socialista, «piense muy bien, antes de abrir el debate, si va usted a ser capaz de cerrarlo con éxito y, si no, sinceramente le recomiendo que no lo haga», también reafirmó su compromiso de ejercer una oposición leal.

Rajoy interviene en el debate de investidura en nombre del Grupo Parlamentario Popular | M.POVEDANO-CONGRESO

«No tiene usted nuestra confianza para formar gobierno, pero en cambio cuenta, como cuentan todos los españoles, con nuestro sentido de la responsabilidad«. afirmó para concluir.

En su turno, Zapatero antes de entrar en los reproches, agradeció el tono de la intervención y entre risas le dio la bienvenida «al reino del debate». Sobre las dudas respecto a la gobernabilidad ante la falta de una mayoría absoluta, el candidato aseguró que no habría un Gobierno no débil, «sino un Gobierno dialogante».

Zapatero reivindica la fortaleza de su futuro Gobierno

En la posterior réplica, y en un guiño al que había sido uno de los mantras socialistas de campaña (el talante), Rajoy se comprometió a cooperar con el nuevo Ejecutivo: «Usted arreglará muchas cosas (…) y yo le ayudaré. Soy un hombre de muchísimos defectos, como conocen todos los miembros de esta Cámara, pero en esto del talante podemos empatar».

La Cámara se vio inmersa en otro simpático momento cuando el popular añadió: «Y hablando de talante, puede usted demostrarlo dentro de muy poco tiempo, en el reparto de presidentes de Comisión en esta Cámara».

La cuestión catalana

Como tema de fondo durante todo el debate de investidura planeó la reforma del Estatuto de Cataluña. Zapatero en su discurso había dejado claro su postura, «reformar los Estatutos es optar por vivir dentro de ellos, y, en consecuencia, apoyaremos las propuestas de reforma».

Durán i Lleida advierte a PP y PSOE

Desde la tribuna, Josep Antoni Durán i Lleida (CiU) se dirigió al candidato socialista «tome nota, señor candidato, de uno de los grandes errores del Gobierno saliente: el fustigamiento de los partidos nacionalistas democráticos». Pero también tuvo palabras para el PP: «Que a nadie le quepa la menor duda, a la derecha española le costará mucho tiempo que alguien pueda creer en su sinceridad respecto a Cataluña».

Ya entonces, uno de los puntos calientes del Estatuto era el término «nación» para referirse a la comunidad autónoma catalana. El portavoz de CiU advirtió que podían pasarse «muchos años de dialéctica reivindicativa si no afrontamos el nuevo Estatuto que pueda plantear el Parlamento de Cataluña». Y defendió el sentimiento dominante en Cataluña que llevaba a considerarla una nación.

Por su parte, el portavoz de ERC Joan Puigcercós i Boixassa fue más allá de la reforma del Estatuto en sus reivindicaciones. Criticó que la Constitución no reconociese «el derecho a la autodeterminación de las distintas naciones» y reivindicó el anhelo de tener selecciones deportivas propias.

Puigcercós i Boixassa inició su intervención en catalán | M.POVEDANO-CONGRESO

El republicano también pidió el reconocimiento de la lengua catalana en el marco de la Constitución Europea (que resultaría fallida) y su uso en las instituciones comunitarias. Sostenía que la medida supondría «la despenalización de una lengua que hablan 10 millones de personas».

Puigcercós i Boixassa pide que los ciudadanos puedan dirigirse a la administración en la lengua que cada uno elija

Zapatero vio con buenos ojos la propuesta y le garantizó que si obtenía la confianza de la Cámara trabajaría para tener ese reconocimiento y lograr la publicación del texto en catalán. «No sé si llegaremos a tiempo, pero sepa que lo voy a intentar, por convencimiento y porque me parece positivo«, señaló.

La sombra del terrorismo

El debate de investidura se celebró entre el 15 y 16 de abril, cuando apenas había pasado un mes del 11M. Los recuerdos a las víctimas y los heridos fueron constantes, además se habló y mucho del pacto antiterrorista.

Rajoy pidió a Zapatero combatir tanto el terrorismo de ETA como el de carácter internacional y el candidato anunció la postura que mantendría como presidente: «No tenga ninguna duda de la firmeza —ni usted ni un solo español— de que el Gobierno que yo presida va a perseguir implacablemente a aquellos que practican la violencia y el terror con toda la fuerza de la sociedad democrática, con toda la fuerza del Estado de derecho».

Vista general del hemiciclo durante el debate de investidura | CONGRESO

Populares y socialistas se congratularon entre réplica y réplica del acuerdo al que se había logrado llegar en el 2000, actitud que fue criticada por el catalán Durán i Lleida que pidió a las fuerzas del bipartidismo recomponer el pacto pero con un «consenso entre todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria».

Más dura fue la intervención del diputado del PNV Josu Erkoreka, que llegó a decir que el pacto aprobado en la pasada legislatura no iba contra el terrorismo, sino contra el nacionalismo vasco:

Erkoreka lamenta la posición que mantuvieron algunos de los firmantes del pacto antiterrorista

De manera colateral también salió a escena la guerra de Irak y la implicación española. Gaspar Llamazares (IU) que había calificado la situación que vivía entonces España de «colapso democrático» lo señaló como una de las causantes de esta «situación límite».

Entre los grupos de la oposición predominó el malestar con Zapatero en esta cuestión, pues a pesar de haber ratificado en la Cámara su compromiso de retirar las tropas, no había concretado cuando se produciría. ERC pidió que sucedería en el mes de junio y Rajoy criticó la «ambigüedad» con la que se expresaba el candidato.

«El temps es or»

Una investidura suele ser un momento de gran voltaje político en el que la tarea arbitral de la Presidencia se mide al milímetro. Por ello cabe destacar el papel que jugó el presidente Manuel Marín (PSOE) que fue reconocido por todo el arco parlamentario.

Marín concede a Rajoy un último turno de tres minutos desde el escaño | M.POVEDANO-CONGRESO

Marín apostó por una mayor flexibilidad en los tiempos, y a diferencia de las formas mantenidas en anteriores investiduras concluidas las réplicas otorgó «atendiendo a las nuevas formas que deseamos todos» un turno más de un par de minutos desde el escaño a los portavoces y la posibilidad de cerrar a Zapatero.

En otro punto del debate, el portavoz de ERC intervino en catalán desde la tribuna para denunciar lo que consideraba una injusticia: no poder expresarse en la Cámara en su lengua natal. Palabras que luego volvió a repetir en castellano para ajustarse a lo que marcaba el Reglamento sobre el uso de las lenguas cooficiales.

Puigcercós i Boixassa toma la palabra en catalán

Posteriormente, Marín para advertir a Puigcercós i Boixassa que su turno acabaría en breve se dirigió a el como «molt honorable diputat» y le recordó que «el temps es or».

También quedó como anécdota la reprimenda de Durán i Lleida a las Señorías que concluido el cara a cara entre Rajoy y Zapatero abandonaron el Salón de Plenos: «Sé que nuestra palabra puede interesar poco. Sé también que nuestros votos han interesado y continuarán interesando».

Durán i Lleida expresa su malestar por las ausencias en el Pleno

Otorgada la confianza

La segunda jornada de investidura transcurrió en términos muy similares a los del día anterior. Las fuerza políticas que todavía no habían intervenido apostaron por insistir en los grandes temas de debate. Los turnos para los grupos los cerró en nombre de la formación del candidato Alfredo Pérez Rubalcaba.

Rubalcaba lanzó un mensaje a la Cámara de confianza en el sistema: «Lejos están ya los tiempos en que, ante la debilidad de las estructuras del Estado, cualquier cambio en el Gobierno suponía poner en cuestión todos y cada uno de los elementos básicos de la vida nacional».

Concluido el debate se procedió al sorteo por insaculación que señalaría al parlamentario que iniciaría la votación pública por llamamiento. La mano inocente fue la de una de las secretarias de la Mesa y en palabras del presidente Marín, Juan Carlos Vera (PP) fue «el afortunado diputado».

Zapatero es aplaudido por toda la bancada socialista | CONGRESO

Subsanado un error por el que no había sido llamado a votar Agustín Jiménez Pérez (PSOE) se dio por finalizado el proceso. Tras el recuento el presidente anunció los resultados: votos emitidos, 350; votos a favor, 183; votos en contra, 148; abstenciones, 19.

Manuel Marín declara otorgada la confianza del Congreso al candidato

En ese instante, del que ahora se cumplen veinte años, José Luis Rodríguez Zapatero se convertía en el quinto presidente de la democracia española.

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