Un cambio histórico con margen de adaptación
La entrada en vigor obligatoria de la baliza V16 marca un antes y un después en la señalización de emergencias en carretera. Desde la DGT insisten en que el arranque será pedagógico y flexible, sin un despliegue inmediato de sanciones.
Retiradas de homologación en pleno estreno
En los últimos días, Tráfico ha retirado la homologación de cuatro modelos de balizas V16 por motivos administrativos, una decisión que ha generado inquietud entre los conductores que ya habían adquirido estos dispositivos.
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La DGT retira la homologación a estas cuatro balizas V16 por causas administrativas
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Aunque la retirada no afecta al conjunto del sistema, sí refuerza la sensación de incertidumbre en torno a un producto que pasa a ser obligatorio cuando todavía se están ajustando criterios técnicos y administrativos.
Más allá de la visibilidad: el problema de las baterías
Hasta ahora, el principal debate giraba en torno a la visibilidad real de la baliza en curvas, cambios de rasante o condiciones meteorológicas adversas. Pero la última actualización de la DGT ha puesto el foco en un aspecto menos visible y potencialmente más crítico: la autonomía energética.
Según la información oficial, la baliza V16 debe emitir una luz intermitente de alta intensidad durante al menos 30 minutos. Pasado ese tiempo, el dispositivo puede apagarse, dejando al vehículo sin señalización luminosa mientras espera la asistencia en carretera, que en muchos casos supera con creces esa media hora.
A diferencia de los triángulos de preseñalización, la V16 depende exclusivamente de su batería o pila, lo que introduce una variable nueva en situaciones de estrés y espera prolongada.
Vida útil limitada y obligación de revisión
Tráfico establece que las balizas V16 deben contar con una vida útil mínima de 18 meses, independientemente de si la batería es recargable o no. Esto obliga a los conductores a revisar periódicamente el estado del dispositivo, algo que hasta ahora no era necesario con los triángulos tradicionales.
El problema no es menor: si la baliza se apaga o no funciona correctamente, los agentes podrían considerar que la señalización es incorrecta, con el consiguiente riesgo de sanción y, sobre todo, de peligro real en carretera.
¿Geolocalización permanente? No
Otra de las dudas recurrentes es la privacidad. La DGT aclara que la baliza V16 no geolocaliza de forma continua al conductor ni transmite datos personales. El dispositivo solo envía la posición cuando se activa manualmente en caso de avería o accidente, y únicamente con fines de gestión del tráfico y asistencia.
Un debate que no se apaga
Diversos grupos políticos, expertos, bomberos y profesionales de la emergencia han expresado en los últimos días sus reservas sobre la sustitución total de los triángulos.
El mensaje que se repite es claro: la tecnología mejora la seguridad, pero no elimina todos los riesgos, y menos cuando depende de baterías, homologaciones vigentes y un uso correcto por parte del conductor.