La votación de enmiendas en Comisión es uno de los trámites que más dolor de cabeza causan en el Congreso. Es, además, donde se suelen producir más cambios a una iniciativa legislativa. Los guiones de votaciones o la negociación de enmiendas estiran las sesiones, que llegan a prolongarse horas a la espera de empezar a votar.
En el caso de la Ley de economía social, proyecto que actualiza la normativa de cooperativas y entidades de inserción social, no se esperaba una sesión especialmente compleja.
El Gobierno llegaba con los votos atados para sacarla adelante y había pactado buena parte de las enmiendas con sus socios. Muchas de las que quedaban ‘vivas’ se habían retirado. Poca tela que cortar.
Y, precisamente, esas votaciones tan claras, salvó a la Comisión de ver alterado su resultado en una docena de ocasiones.
Jaime de Olano, diputado del PP, votó sin tener representación hasta en doce ocasiones, en las que se computaron 38 votos, uno por encima de los 37 previstos. En ellas, el PP sumó 15 votos y no 14.
Las votaciones se realizaron a través de un sistema electrónico y no a mano alzada.
La situación no fue advertida por nadie de la Mesa de la Comisión hasta que se produjo un empate. En otras circunstancias, habría tocado ponderar el equilibrio con los votos del Pleno. Alguien advirtió entonces que un empate a 19 votos no era posible.
La presidenta de la Comisión, la diputada de En Comú Aina Vidal, advirtió de la situación y votar de nuevo. La repetición resultó 19 a 18 y las enmiendas, de ERC, fueron rechazadas.
De Olano ya no volvió a votar, manteniéndose los votos emitidos en 37.
Acabada la Comisión, Vidal revisó las votaciones junto al letrado para constatar el escaño desde el que se producía un voto adicional. “Ha sido De Olano. Es un trol”, espetó la diputada de En Comú, afeando el comportamiento de su colega a los diputados del PP con representación en la Mesa. Todos ellos aseguraron no haberse dado cuenta de la jugada.












