En la sede judicial de Las Salesas, no se presentaron la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga (PP), ni Agustín Molleda, secretario de Organización del PSOE cántabro, en la sala número 11 para el acto conciliatorio relacionado con la querella del también exalcalde de Cartes contra la líder del PP por presuntas injurias, calumnias y daños al honor, finalizando la sesión sin acuerdo alguno.
Por otra parte, Antonio Bezanilla, abogado de Molleda, reconoció una “conciliación oficiosa” tras una moderación en las declaraciones por parte de Javier Uribe, abogado del Gobierno y representante de Buruaga, quien aseguró que en ningún caso hubo “ánimo de ofender o injuriar” a Molleda. Este ajuste se atribuye a una estrategia de “recogida de cable” por parte de Uribe.
La defensa de Buruaga justificó las acusaciones enmarcándolas dentro del ámbito de la crítica política y la libertad de expresión, refiriéndose a la contratación de Molleda y su hermana en el Ayuntamiento como un caso de “corrupción de libro”. Además, se subrayó que los políticos deben tolerar un “mayor nivel” de críticas, por severas que estas sean.
“Nos damos por satisfechos”, declaró Bezanilla en la sala, indicando una conciliación al menos informal. Sin embargo, dado que la sesión concluyó oficialmente sin avenencia, Molleda decidirá los próximos pasos respecto a la querella, donde había anticipado pedir una suma simbólica de 1.000 euros a Buruaga por rectificación, destinada a una causa benéfica contra el cáncer.
A pesar de estos avances, el letrado del Gobierno aclaró que no se puede “pedir disculpas y retractarnos”, sino “reafirmarnos” en los hechos alegados como “ciertos” y “verídicos”. Además, recordó que el proceso por el cual Molleda y su hermana obtuvieron sus empleos está completamente documentado y fue objeto de publicación previa, lo cual exonera a Buruaga de cualquier invención en sus declaraciones.