El Aceite de Jaén, que ostenta la primera Indicación Geográfica Protegida (IGP) de aceite de oliva virgen extra en España, reconocida por Bruselas, ha alcanzado su quinto aniversario comprometido en “velar por el origen y la excelencia”.
Esta distinción, otorgada por la Unión Europea, avala el origen, la calidad y las propiedades únicas del aceite, vinculándolo estrechamente con su territorio de procedencia.
Adquirida en 2020, esta IGP categoriza al aceite virgen extra de Jaén dentro de una élite de productos europeos que se benefician de un sistema de calidad diferenciada, diseñado para salvaguardar el valor de los productos alimenticios que están estrechamente relacionados con una región específica y una tradición particular.
La IGP abarca los 97 municipios de la provincia de Jaén, que albergan aproximadamente 66 millones de olivos. La variedad Picual predomina con un 80% de la producción, aunque también incluye otras variedades como Royal de Cazorla, Manzanillo de Jaén y Carrasqueño de Alcaudete, además de mezclas con Arbequina, Picudo y Hojiblanca.
Desde la IGP se señala que este sello es mucho más que una simple certificación de calidad, ya que “es la voz de una provincia entera que vive en torno al olivar, celebra cada cosecha y trabaja unida para presentar al mundo su tesoro más valioso”.
Este emblema de calidad aglutina a más de 16.000 individuos entre cooperativas, almazaras y familias, todos “remando por un fin común, promover el aceite de Jaén, difundir la historia, la pasión y la cultura de su tierra”.










