Cantabria se mantiene como una comunidad sin casos de peste porcina africana, sin «ninguna sospecha ni indicio compatible» en su fauna silvestre o explotaciones, pero sigue en estado de «riesgo controlado». La región está implementando «todas las medidas de prevención necesarias» que el Ministerio ha recomendado para proteger al sector porcino, la fauna silvestre y el ámbito cinegético, aplicando normativas obligatorias para la caza.
La consejera de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación, María Jesús Susinos, informó que, tras detectarse un caso en Barcelona, es crucial mantener «la máxima vigilancia». Cantabria ha puesto en marcha un control exhaustivo sobre los movimientos de animales y ha intensificado las prácticas de bioseguridad en las granjas. Esto incluye limpieza y desinfección de vehículos y un manejo seguro de subproductos, con una prohibición estricta del uso de restos de comida para alimentar a los animales.
Además, se ha aumentado la vigilancia clínica por parte de veterinarios oficiales y de la fauna silvestre, especialmente del jabalí, que juega un papel «clave» en la dispersión de la enfermedad. La consejería también ha intensificado los muestreos de jabalíes muertos, colaborando estrechamente con las sociedades de cazadores para reportar cualquier hallazgo sospechoso y mejorar la vigilancia pasiva.
En cuanto a la caza, no se han impuesto restricciones generales, pero sí se han establecido recomendaciones obligatorias como el uso de guantes durante el eviscerado y una gestión controlada de vísceras y subproductos para evitar contaminaciones en el medio natural.
Susinos recalcó que, aunque la peste porcina africana no afecta a humanos, su impacto económico y en el sector ganadero es «extremadamente grave». Actualmente, esta enfermedad vírica, que no tiene tratamiento ni vacuna disponible en Europa, está presente en 13 países europeos.
En Cantabria, donde el sector porcino no es predominante, se cuenta con 119 explotaciones, la mayoría de pequeña escala, lo que resalta la importancia de la protección sanitaria. Susinos subrayó la necesidad de «tranquilidad» y «responsabilidad» en el manejo de la bioseguridad como defensa principal contra la enfermedad y aseguró una cooperación continua con el Ministerio y otras autoridades para aplicar las medidas de manera rápida y coordinada.











