Cantabria, libre actualmente de la peste porcina africana, sigue sin registrar ‘ninguna sospecha ni indicio compatible’ en su fauna silvestre o en sus explotaciones porcinas. No obstante, la región mantiene un ‘riesgo controlado’ y está poniendo en marcha ‘todas las medidas de prevención necesarias’ para salvaguardar tanto al sector porcino como a la fauna y la caza, incluyendo recomendaciones obligatorias para esta última actividad.
La consejera de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación, María Jesús Susinos, informó que el reciente brote en Barcelona es ‘un hecho grave que exige la máxima vigilancia’. En Cantabria, se han adoptado recomendaciones del Ministerio que incluyen un control riguroso en los desplazamientos de animales, especialmente de áreas restringidas, y una mejora continua en las medidas de bioseguridad en las granjas, como el control de accesos y la limpieza y desinfección obligatorias de vehículos.
Se ha intensificado la vigilancia clínica por parte de veterinarios oficiales y de la fauna silvestre, donde el jabalí juega un papel ‘clave’ en la expansión de la enfermedad. Adicionalmente, se incrementará el muestreo de jabalíes muertos y se fortalecerá la vigilancia pasiva, crucial para identificar posibles focos de la enfermedad.
En relación con la caza, no hay restricciones generales, pero sí se aplican recomendaciones obligatorias como el uso de guantes y eviscerado higiénico en el campo, así como evitar dejar residuos en el entorno natural. Además, se debe informar inmediatamente a las autoridades si se encuentra un jabalí muerto sin causa aparente.
La consejera recordó que hace 30 años que esta enfermedad no se veía en España, actualmente presente en 13 países europeos. Aunque no afecta a humanos, su impacto económico y ganadero es ‘extremadamente grave’. Finalmente, se destacó la importancia de la colaboración entre ganaderos, veterinarios y cazadores, enfatizando que ‘la prevención es tarea de todos’.











