Agricultura & Alimentación

El encarecimiento de costes y la política de Bruselas frenan la rentabilidad del campo alicantino en 2025, según Asaja

El campo alicantino mejora producción en 2025, pero el alza de costes y la política agraria europea frenan la renta y la rentabilidad, según Asaja Alicante.

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El encarecimiento de costes y la política de Bruselas frenan la rentabilidad del campo alicantino en 2025, según Asaja

El encarecimiento de costes y la política de Bruselas frenan la rentabilidad del campo alicantino en 2025, según Asaja

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El campo alicantino ha cerrado 2025 con una leve mejora en la producción de cultivos como el olivar, el almendro y el cereal, después de varios ejercicios marcados por la sequía y la inestabilidad meteorológica. Sin embargo, el repunte del 7% en los costes de producción --que han pasado del 25% al 32%-- ha impedido un avance más sólido de la renta agraria, que apenas se ha elevado un 1%.

En su balance del año 2025, Asaja Alicante vincula este escenario a las decisiones comunitarias. “Las políticas agrarias europeas, la falta de reciprocidad en los acuerdos comerciales y una burocracia cada vez más asfixiante penalizan seriamente a nuestras explotaciones agrarias”, ha manifestado el presidente de Asaja Alicante, José Vicente Andreu.

La renta agraria en la provincia ha pasado de 504.000.000 de euros a 509.088.943 euros. “Esta insignificante evolución resulta especialmente reveladora si se tiene en cuenta que 2024 fue un año muy crítico para el campo alicantino”, ha remarcado la organización.

Según Asaja, si en 2025 se hubieran mantenido unos costes de producción similares a los del ejercicio anterior, la renta agraria podría haber aumentado hasta un 10%, lo que pone de relieve el impacto del encarecimiento de insumos.

“Un año de buenas cosechas” y consumo a la baja

En términos generales, el ejercicio “ha sido un año de buenas cosechas, marcado por la mejor respuesta de los cultivos de secano gracias a una pluviometría más regular que años anteriores y una recuperación de márgenes en productos estratégicos”.

La organización destaca que en 2025 se ha producido una contracción del consumo de fruta en los hogares y que, pese a que los precios medios en origen han mejorado respecto a 2024, siguen situándose por debajo de unos costes de producción “disparados para el empresario agrícola”.

Otro rasgo del año ha sido “la falta de autorizaciones excepcionales para las plagas, el escaso control en fronteras y la inacción de las administraciones ante esta problemática, así como un seguro agrario cada vez más mercantilista (menos coberturas y más primas), que está expulsando a muchos productores del campo, empujándolos al inevitable abandono”.

Cítricos y uva: menos producción y precios insuficientes

En cítricos, el sector alicantino ha confirmado en 2025 una campaña corta en volumen pero “excelente en calidad, en línea con la tendencia nacional”. El aforo del Ministerio de Agricultura sitúa la producción provincial en 550.000 toneladas, lo que implica una caída del 15% frente a la campaña anterior, una de las reducciones más intensas del país.

Esta merma se explica sobre todo por la plaga de trips que golpeó con fuerza en el verano de 2024, por el agotamiento fisiológico de los árboles tras varios años de sequía y por un cuaje irregular, incluso a pesar de las lluvias de primavera, según precisa la asociación.

Asaja Alicante reitera que, “sin herramientas fitosanitarias eficaces y con acuerdos comerciales que permiten la entrada de cítricos de terceros países sin reciprocidad, el equilibrio actual es extremadamente frágil”.

En cuanto a la uva de mesa del Vinalopó, 2025 ha sido “una de las campañas más complejas de los últimos años”. La producción ronda las 45.000 toneladas en la provincia, pero el resultado económico es “claramente negativo” por un desplome de los precios en origen cercano al 40% respecto a 2024, en un contexto de menor consumo de fruta fresca y encarecimiento general de los gastos.

La campaña ha estado condicionada por una elevada presión de plagas y enfermedades, con presencia destacada de mosquito verde, melazo, oídio y una expansión preocupante de la filoxera, que ha provocado pérdidas del 35-40% en determinadas explotaciones y un fuerte aumento de los costes de manejo. A ello se suma el efecto del calor extremo y unos precios “insuficientes en muchos casos para cubrir costes”.

En paralelo, la vendimia 2025 refleja “una recuperación clara” respecto a la campaña muy corta de 2024, con una producción cercana a 15.000 toneladas en la provincia, aunque todavía por debajo de los niveles previos a la sequía. La calidad de la uva ha sido “muy elevada, con buena sanidad, equilibrio en grado y acidez y una maduración homogénea” que ha facilitado una planificación ordenada de la recolección.

El contexto europeo, marcado por fuertes descensos productivos en países como Francia e Italia, ha impulsado la salida comercial de los vinos alicantinos y un incremento de las exportaciones cercano al 3%. Pese a ello, Asaja Alicante advierte de que los precios en origen continúan siendo reducidos y reclama un plan de choque que refuerce la viabilidad económica de las explotaciones.

Olivar, almendro y hortalizas de invierno

El olivar alicantino concluye 2025 con una “recuperación productiva contundente”, al situarse entre 8.000 y 9.000 toneladas de aceite, tras varias campañas muy deficitarias. Las lluvias han favorecido una notable carga de aceituna, con fruto sano y sin daños de plagas, aunque con menores rendimientos grasos por el exceso de humedad. Aun así, Asaja Alicante insiste en la necesidad de diferenciar el aceite de la provincia y promover su consumo local.

El almendro ofrece uno de los balances más positivos del año. La producción provincial alcanza las 16.534 toneladas de almendra en cáscara, el doble que en 2024 y el mejor registro de la última década. El incremento se aprecia tanto en secano como en regadío, apoyado en “una primavera favorable y a una mejora en la disponibilidad hídrica”.

Pese a ello, el sector continúa lastrado por problemas graves como la Xylella fastidiosa, que “ha arrasado amplias zonas de la montaña alicantina”, y por el impacto persistente de la avispilla del almendro, especialmente en explotaciones ecológicas, lo que eleva los costes y reduce los márgenes.

La campaña hortícola de invierno ha resultado “muy positiva”, con una producción de 22.500 toneladas en el Camp d'Elx y muy buenos resultados en alcachofa, crucíferas y patata. La sanidad vegetal ha sido satisfactoria, sin plagas de relevancia, y los precios han permitido cubrir los costes de producción.

No obstante, Asaja Alicante denuncia que el sector se ve “gravemente perjudicado cuando entran hortalizas de terceros países sin control efectivo, provocando hundimientos de precios en origen que anulan el esfuerzo productivo del agricultor”.