La Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía trabaja junto al sector del agua en la redacción de la Estrategia Andaluza de Recursos Hídricos No Convencionales. Para ello, ha celebrado encuentros con representantes de la Asociación de Abastecimientos de Agua y Saneamientos de Andalucía (ASA), la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) y la Asociación Española de Desalación y Reutilización (Aedyr), entre otras entidades, “para recoger aportaciones y reforzar el consenso técnico y social”.
Según ha detallado el Gobierno andaluz en un comunicado, la Estrategia Andaluza de Recursos Hídricos No Convencionales se configura como una herramienta destinada a “dar un impulso ordenado y estable” a la reutilización de aguas regeneradas y a la desalación, con la finalidad de “mejorar la seguridad y la resiliencia hídrica de la Comunidad Autónoma ante los periodos de sequía y los efectos del cambio climático”.
Del mismo modo, este instrumento servirá para “orientar las decisiones de los futuros planes hidrológicos” y se enmarca en los trabajos de elaboración de los Planes Hidrológicos 2028-2033 de las demarcaciones hidrográficas intracomunitarias de Andalucía.
A partir del borrador inicial ya disponible de la Estrategia, se pondrá en marcha un proceso de cooperación con el conjunto de consejerías de la Junta en torno al texto definitivo, que se someterá a información pública. Más adelante, de acuerdo con lo avanzado por la Administración autonómica, el documento será elevado al Consejo Andaluz del Agua y, finalmente, al Consejo de Gobierno para su aprobación.
Esta estrategia surge como reacción a la reiteración de episodios de escasez y sequía registrados en los últimos años y busca que estos recursos “dejen de ser soluciones puntuales” asociadas a situaciones de emergencia para pasar a ser “piezas estructurales” en la gestión del agua en Andalucía, incorporándose a la planificación y a la toma de decisiones de la administración hidráulica “como una fuente de disponibilidad complementaria”.
En este contexto, la estrategia se marca como misión ordenar, agilizar y guiar el despliegue de la reutilización y la desalación con el fin de asegurar “un desarrollo económico competitivo y sostenible”.
Igualmente, define una visión a horizonte 2050 en la que Andalucía consolide un modelo hídrico “seguro y preparado” frente al cambio climático, donde la reutilización y la desalación se integren de forma habitual en el suministro de los distintos sistemas de explotación, “reduciendo la dependencia de los recursos naturales y reforzando la cohesión territorial”.
Entre las metas principales de la estrategia, la Junta subraya la contribución al cumplimiento de los objetivos ambientales de la planificación hidrológica, mediante la disminución de las presiones sobre las masas de agua y sus ecosistemas asociados, al tiempo que se garantiza la disponibilidad y la seguridad del abastecimiento a la ciudadanía gracias al empleo de recursos alternativos o a la liberación de recursos convencionales para usos esenciales.
Asimismo, se persigue con esta herramienta afianzar las demandas de los sectores productivos, “aportando estabilidad, previsibilidad y competitividad”, y reforzar la capacidad de adaptación frente al cambio climático, “aumentando la resiliencia de los sistemas de explotación ante la variabilidad hidrológica”.