Europa: el «lejano oeste» de las grandes tecnológicas

José Antonio Monago, portavoz adjunto del PP en el Senado: "Mientras Europa sanciona a las tecnológicas por abuso de posición dominante o violaciones de privacidad, estas siguen creciendo gracias a la ausencia de rivales en el mercado europeo"

Mientras las sanciones de la Unión Europea contra las gigantes tecnológicas estadounidenses alcanzan casi 30.000 millones de euros, el continente parece estar atrapado en una paradoja: aunque castiga a estas empresas por abusos de poder, sigue siendo su terreno ideal para operar sin restricciones reales.

Con una estructura regulatoria que va un paso por detrás de la innovación y un déficit crónico en inversión tecnológica, Europa se ha convertido, para las Big Tech, en algo parecido al «lejano oeste»: un vasto espacio con leyes difusas y oportunidades ilimitadas para los más fuertes. 

El problema no radica solo en la magnitud de las sanciones, que, aunque impresionantes, son poco más que un golpe en la mesa. Para empresas como Google, Apple o Meta , las multas de miles de millones son un coste asumible en comparación con sus beneficios anuales. Más grave aún es la incapacidad de Europa para competir en los mismos terrenos que pretende regular.

Aunque castiga a estas empresas por abusos de poder, sigue siendo su terreno ideal para operar sin restricciones reales

Con una inversión pública en inteligencia artificial que representa apenas el 4% de lo que destina Estados Unidos, el continente carece de las herramientas necesarias para desarrollar alternativas propias y limitar la dependencia de estas multinacionales. 

La disparidad es evidente también en el capital riesgo. Mientras en Europa se invierten 8.000 millones de euros, en Estados Unidos esa cifra se eleva a 68.000 millones, alimentando un ecosistema vibrante de startups que refuerza aún más la hegemonía de Silicon Valley. Europa, en cambio, ha visto cómo 40 de sus 147 unicornios trasladaban su sede fuera del continente entre 2008 y 2021, un éxodo que refleja la falta de apoyo para el talento local y las empresas emergentes. 

El resultado es un círculo vicioso. Mientras Europa sanciona a las tecnológicas por abuso de posición dominante o violaciones de privacidad, estas siguen creciendo gracias a la ausencia de rivales en el mercado europeo.

Más grave aún es la incapacidad de Europa para competir en los mismos terrenos que pretende regular

En este escenario, las sanciones no son más que un parche. Sin un plan ambicioso para fomentar la innovación, Europa seguirá siendo un «lejano oeste» donde las grandes tecnológicas estadounidenses no solo controlan el territorio, sino que también dictan las reglas del juego.

Si el continente quiere defender su soberanía digital, su seguridad y su relevancia global, deberá invertir no solo en regulación, sino también en construir el futuro tecnológico que ahora está entregando a otros. Y así, nos rasgaremos menos las vestiduras ante personajes como los que estamos viendo, y padeciendo. 

José Antonio Monago
Portavoz Adjunto Grupo Popular en el Senado. Miembro Comisión Mixta Seguridad Nacional y Comisión de Defensa.

Personalizar cookies