La movilidad que viene

En esta ley, para que no quede en declaraciones de intenciones y teniendo en cuenta que es un sector con un fuerte impacto en emisiones de CO2, se deben establecer objetivos de descarbonización

La ley de movilidad sostenible, actualmente en tramitación, se presenta con el objetivo de abordar los nuevos retos de movilidad superando la ya anticuada Ley de Ordenación del Transporte Terrestre del año 1987. En nuestro criterio es una ley imprescindible para configurar el derecho a la movilidad sobrepasando la visión sectorial más convencional de tráfico y transporte para introducir, con carácter amplio y transversal, las diferentes necesidades y modos de desplazamientos o de servicios asociados a la movilidad.

La movilidad sostenible es clave para la calidad de vida de las personas, pero también es esencial para la indispensable reducción de emisiones de CO2 -asociadas al transporte y movilidad- para la lucha contra el cambio climático.

Desde Más País – Verdes Equo hemos trabajado para introducir mejoras en la ley y hemos escuchado a distintos colectivos o asociaciones que nos han hecho llegar valoraciones y propuestas.

Nuestras aportaciones en forma de setentainueve enmiendas recogen medidas transformadoras para lograr que España tenga de verdad una movilidad sostenible, intermodal, con criterios de género, y que tenga una visión integral y transversal para todos los tipos de desplazamientos. Hemos señalado especialmente compromisos para la descarbonización del sector, para potenciar modelos de movilidad activa y para reducir la contaminación.

Volvemos a pedir al Gobierno que impulse los trenes nocturnos y fomente la conectividad transfronteriza de la red española con la del resto del continente

Querría destacar especialmente las dirigidas al sector ferroviario porque para nosotros en la transformación de la movilidad juega un papel especialmente importante y volvemos a pedir al Gobierno que impulse los trenes nocturnos y fomente la conectividad transfronteriza de la red española con la del resto del continente. Además, es realmente urgente un plan para mejorar y ampliar la red de ferrocarril de mercancías, para que en 2045 el 80% de los traslados de mercancías se realicen a través del ferrocarril.

También la racionalización del sector aéreo juega un papel relevante en la reducción de emisiones. Volvemos a insistir en propuestas que ya planteamos en La ley de cambio climático o en presupuestos como la prohibición de los jets privados, la eliminación progresiva de los vuelos cortos para aquellas rutas que tengan alternativa eficaz en tren, o la restricción de las ampliaciones innecesarias e insostenibles de aeropuertos.

En materia de movilidad sostenible las ciudades juegan y van a jugar un papel muy importante. Queremos un impulso para reducir necesidades de desplazamientos, por eso queremos introducir en la ley el concepto de las “Ciudades de 15 minutos”, para que las ciudades se transformen en entornos amables para la movilidad activa y donde ésta se priorice sobre las mega infraestructuras destinadas al transporte privado y motorizado. Y son también las ciudades una punta de lanza en la lucha contra la contaminación y por unos  niveles de  calidad de aire que garanticen la salud de la población. Por eso la ley tiene que incorporar también mecanismos para la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones contempladas en la Ley de Cambio Climático.

En esta ley, para que no quede en declaraciones de intenciones y teniendo en cuenta que es un sector con un fuerte impacto en emisiones de CO2, se deben establecer objetivos de descarbonización. Planteamos, alineados con colectivos y con las recomendaciones de Europa y de la ciencia, un compromiso para la neutralidad climática del sector transporte-movilidad antes de 2050 y, en todo caso, en el más corto plazo posible.

Para ello se incluirán en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) objetivos concretos y cuantificables de reducción para 2030 y 2040 respecto a los niveles de 1990 y marcando como punto de partida al menos los objetivos  de emisiones del PNIEC: una reducción de al menos el 23% para 2030.

El transporte público y su financiación ha sido otro de los frentes que hemos planteado, asegurando que el Fondo para la Sostenibilidad del Transporte Público cuente, al menos, con una financiación inicial del 0,25% del PIB, y que, además, la financiación en las nuevas infraestructuras incluyan en sus criterios rentabilidad la sostenibilidad social, ambiental y territorial, logrando combatir la despoblación y proteger nuestro patrimonio cultural y natural.

Hemos dicho que la ley es necesaria y es urgente, pero no podemos ni debemos dejar pasar la ocasión de mirar al futuro y caminar hacia un cambio de modelo

Son algunos ejemplos de las propuestas que sin duda entrarán en el debate y tramitación de la ley. Hemos dicho que la ley es necesaria y es urgente, pero no podemos ni debemos dejar pasar la ocasión de mirar al futuro y caminar hacia un cambio de modelo que potencie la la proximidad y reduzca las necesidades de desplazamientos, en ámbitos urbanos o metropolitanos, con una red de transporte público colectivo capaz de unir de forma equilibrada y justa los territorios, con diferentes sistemas de buses, cercanías , trenes regionales, nocturnos o de larga distancia, conectados.

SOBRE LA FIRMA

Inés Sabanés es diputada en el Congreso en la actual legislatura por Más País-Verdes Equo. Ocupó también un escaño en la Cámara Baja entre 1996 y 1999, por Izquierda Unida. Ha sido concejala en el Ayuntamiento de Madrid en dos periodos(1999-2011 y 2015-2019) y diputada en la Asamblea de Madrid (2011-2015).
Salir de la versión móvil