Si te mato no te olvido
El modo más extremo de hacerte con el poder es cargarte a tu adversario. Mandarlo al otro barrio. Tal vez sea uno de los caminos más elaborados de cometer un asesinato, aunque habría que precisar si conviene hacerlo en sentido estricto o con el más letal de los destierros, como hicieron los ingleses con Napoleón condenándolo al ostracismo. Nada mejor que el destierro en una isla con habitaciones pintadas que ocultan arsénico -verde Scheele, un pigmento tóxico-. Nuestro siglo XIX es un cúmulo de...
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