La brecha en el uso de la palabra persiste en el Congreso: ellos acaparan el 62% del tiempo

Las diputadas tienen menos oportunidades de intervenir en la Cámara Baja, una diferencia de 24 puntos si se suman los tiempos de uso del micrófono, según revela el análisis de Demócrata de más de 20.000 intervenciones en esta legislatura en la 1ª primera entrega del especial sobre la situación de las mujeres en las Cortes

DEMÓCRATA (democrata.es)

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«El tiempo (…) ha puesto de manifiesto que, pese a haberse corregido sustancialmente el desequilibrio existente entre mujeres y hombres en las diferentes listas electorales, la media de hombres continúa siendo ligeramente superior. Esta diferencia se incrementa si tenemos en cuenta los cargos electos». «Por ello, se hace preciso articular un nuevo modelo». Así defiende el Gobierno, en su preámbulo, la necesidad de la Ley Orgánica de representación paritaria, que entre otras medidas introduce las denominadas «listas cremallera», de modo que candidatos de uno y otro sexo queden ordenados de forma alternativa en las papeleteas electorales.

La nueva norma, aprobada el verano pasado, llegó tras varias legislaturas de estancamiento en lo que a la presencia de diputadas y senadoras en las Cortes respecta. Las últimas elecciones generales, en julio de 2023, dejaron un Congreso con un 44,3% de mujeres, cifra similar a la del Senado (43,2%). A la espera de los resultados que pueda tener, hay otras acciones al alcance de los partidos para fomentar la igualdad efectiva por sexos, como la confección de las listas, la designación de cargos en los grupos, la asignación temática de comisiones entre sus señorías o el reparto de los turnos de palabra en las sesiones de las Cámaras.

Con motivo de la semana del 8-M, Día Internacional de la Mujer, Demócrata presenta una panorámica de la situación de las legisladoras en las Cortes Generales, una serie de piezas para medir las brechas de género existentes tanto en el Congreso como el Senado. El ejercicio, realizado por primera vez hace dos años, muestra tímidos avances, en ocasiones casi inexistentes, como revela el trabajo de este diario tras recopilar y analizar la composición más de 80 órganos parlamentarios y de los más de 20.000 discursos pronunciados en Pleno y comisiones desde el inicio de la legislatura.

Quienes más participan en Pleno en todos los grupos parlamentario son siempre varones, salvo en Junts y EH Bildu.

Aunque la introducción de cuotas legales ha traído cierta paridad, diputadas y senadoras no desarrollan su labor en igualdad de condiciones: su visibilidad pública y proyección son inferiores a las de sus colegas masculinos. Del mismo modo, permanecen los patrones por los que se prioriza a los hombres en las comisiones asociadas a las llamadas carteras de Estado y ellas tienen más probabilidad de acabar en áreas asociadas a la mujer, la educación o los cuidados sociales. Como siempre, hay diferencias entre bancadas: las diferencias de tamaños, afinidades políticas y de funcionamiento entre organizaciones repercuten en la visibilidad que las direcciones otorgan a sus parlamentarias. Estos son los detalles.

Mejora en el Pleno, peor en total

En estos momentos, las mujeres son el 44% de la Cámara Baja frente al 56% de hombres, una diferencia de 12 puntos. En lo que va de legislatura, ellas han protagonizado el 39% de las intervenciones, lo que prácticamente dobla la desproporción a 22 puntos, cuatro más que en el anterior mandato 2020-2023, y que llegan a 24 si se tiene en cuentan el tiempo total en la tribuna de oradores, tal y como refleja el trabajo de este medio a partir de las 17.839 intervenciones registradas en el Congreso desde el 16 de agosto de 2023 hasta el pasado 21 de febrero. En resumen, ellos acaparan seis de cada 10 turnos y casi dos tercios del tiempo.

Pese a que la evolución de las métricas no invita al optimismo, hay cierto atisbo de mejoría en el Pleno, el órgano de mayor visibilidad, donde las féminas han pronunciado del 40% de las discursos, un desequilibrio de 20 puntos, por los 28 de la anterior legislatura. [A efectos del análisis, se consideran las intervenciones hechas en calidad de parlamentarios. Ver metodología y consideraciones al final de la pieza].

A grandes rasgos, esta vez no se han observado grandes variaciones en función de si las sesiones se desarrollan en el Pleno —donde suelen estar puestos los focos y en donde se escenifican la mayoría de las grandes decisiones y debates— o en las comisiones, cuyo trabajo pasa más desapercibido para el gran público. Cuando se baja al detalle por grupos, sí aparecen diferencias significativas.

La penalización por ser mujer

Los resultados del trabajo de Demócrata van en consonancia con los hallazgos de la literatura científica en la materia, como los del estudio “¿Pueden las mujeres tomar la palabra en el Parlamento? Evidencias de la Cámara Baja española” (del original en inglés, Can women take the floor in parliament? Evidence from the Spanish lower chamber), donde investigadores de la Universidad Pompeu Fabra analizaban los discursos de iniciativas legislativas pronunciados en el Pleno del Congreso entre 2000 y 2016.

Sus autores concluían que “la brecha de género en la participación” es “sistemática” (sin apenas diferencias entre partidos) y que la variable género “siempre tiene un efecto negativo para las diputadas” en todos los modelos analizados. De esta forma, señalaban la antigüedad (número de legislaturas) o el puesto en la lista electoral como factores que determinan las opciones de participación en el hemiciclo, cuestiones muy ligadas a las decisiones organizativas de los partidos.

En el Congreso, ellos acaparan seis de cada diez turnos y casi dos tercios del tiempo

Aunque a medida que se cumplen años en el Congreso se gana en visibilidad, ellos la vendrían logrando en ratios más altas. Además, ante personas igual de veteranas o con lugares similares en las listas electorales, ellas siempre tenían menos oportunidades como oradoras.

La comparativa entre la proporción de mujeres de cada grupo y la de intervenciones y tiempos dentro de cada bancada es elocuente como aproximación a las políticas internas y al modo en el que se organizan los diferentes partidos.

Más tiempo en el Pleno para ellos

El Grupo Socialista (PSOE) apostó por listas cremallera en las últimas elecciones generales. La consecuencia es que arrancaron la legislatura con idéntica cantidad de diputados y diputadas. Sin embargo, las idas y venidas dejan ahora mismo su composición en un 47,5% de legisladoras. En general, los números del PSOE son proporcionales (dos puntos arriba o abajo) en cuanto a número de intervenciones y tiempos acumulados, con una excepción: el Pleno.

No es lo mismo tener la palabra en una de las más de 30 comisiones existentes que en el Pleno, órgano este último en el que suele concentrarse la atención informativa y en el que se dan la mayoría de los debates televisados: investiduras, sesiones de Control, mociones de censura o comparecencias del presidente del Gobierno o de sus ministros, por enumerar algunos ejemplos. Y en términos de visibilidad y proyección pública, las parlamentarias socialistas se ven penalizadas: un desequilibrio de 4,5 puntos en cuanto a turnos en el Pleno, que se amplía a 6,5 enteros en lo que a tiempo se refiere.

La designación de Patxi López como portavoz o la de Óscar Puente para la investidura de Feijóo provocan que la primera mujer con más minutos en sesiones dentro del Pleno sea Patricia Blanquer Alcaraz, portavoz adjunta en el grupo, en quinta posición, empatada con el ministro de Transportes (Puente).

Efecto investiduras

Quienes más participan en Pleno en todos los grupos parlamentario son siempre varones, salvo en Junts y EH Bildu. La excepción en la coalición independentista vasca obedece a que su portavoz, Mertxe Aizpurua, intervino tanto en la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo como en la exitosa de Pedro Sánchez, con turnos que acumularon casi 70 minutos. Sin ese factor, Aizpurua quedaría por detrás de sus compañeros Oskar Matute y Jon Iñarritu en cuanto a tiempo de micrófono en el Pleno.

La elección del portavoz influye, aunque no es el único factor, en la visibilidad por sexos que protagoniza cada grupo. Para el PP, el protagonismo de Miguel Tellado como vocero del Grupo Popular unido al liderazgo de Núñez Feijóo desequilibran los números. A la hiperactividad de Tellado hay que sumarle las más de seis horas y media que el presidente del partido tomó la palabra en los debates de investidura. No obstante, descontado ese tiempo, el líder del PP sigue siendo siendo la figura que más participa en los plenos dentro de su bancada.

Por su parte, las diputadas del PP quedan en el Pleno cinco puntos por debajo de lo que correspondería a un reparto estrictamente proporcional y ocho puntos si de tiempos se trata. Las primeras populares en uso de la palabra en el Pleno son la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, en 4º lugar, y Cayetana Álvarez de Toledo (5ª), portavoz adjunta en el grupo, ambas por detrás también del vicesecretario de Economía de la formación, Juan Bravo Baena.

Nuevos partidos, la historia de siempre

Los análisis de este medio para el periodo 2000-2025 revelan que los nuevos actores no han supuesto un soplo de aire fresco en la materia. Aunque Podemos (luego Unidas Podemos) se estrenó rozando la paridad efectiva, la predominancia de los hombres en el espacio a la izquierda del PSOE fue luego una constante, comportamiento que se ha agudizado en el caso del Grupo Plurinacional de Sumar, donde varios indicadores se acercan a los de Vox. Desde su irrupción en 2018, el espacio para las mujeres entre las filas de los de Santiago Abascal no ha llegado nunca al 30%.

La salida de Podemos del grupo encabezado por Yolanda Díaz dejó Sumar casi un 41% de diputadas frente al 45% del inicio de la legislatura. Pese a que dos de sus tres portavoces en este tiempo han sido mujeres (Marta Lois y Verónica Martínez, frente a Errejón que ocupó el cargo nueve meses), los equilibrios entre las diferentes formaciones que componen la bancada y la apuesta por los varones rebaja la presencia de las parlamentarias en todos los ámbitos: 28% de intervenciones totales, apenas un cuarto en las de comisión y mejoran en el Pleno, donde son el 36% y un 38% del tiempo total. Enrique Santiago es quien más tiempo acumula.

En cuanto a Vox , la decisión de relegar de forma mayoritaria a las candidatas electorales a los puestos 4º y 5º de las papeletas (los más bajos que permite la Ley Electoral en cada tramo de cinco aspirantes) condiciona de partida la cantidad de mujeres que disfrutan de escaño con esas siglas: apenas un 27%. Pese a contar con una portavoz parlamentaria en el grupo (Pepa Millán), la formación liderada por Abascal no reserva a sus colegas femeninas ni un cuarto de los turnos de palabra: 23% en total, y 27,6% en el Pleno, donde el tiempo total acumulado se queda en uno de cada cuatro minutos.

Algo similar sucede dentro de ERC, con tres diputados y cuatro legisladoras, pero con Gabriel Rufián al frente del grupo. ¿El resultado? 10 puntos menos para ellas en cuanto a tiempos de intervención en el Pleno. Tras Rufián, aparecen Teresa Jordà y Jordi Salvador, con números idénticos. En Junts , la presencia de Miriam Nogueras y, en menor medida, Pilar Calvo, son las que aúpan los porcentajes de sus diputadas hasta rozar el 47% en el cómputo de tiempo acumulado.

En el PNV, donde Aitor Esteban cesará próximamente como portavoz, las cifras van en la línea del anterior mandato: aunque sus parlamentarias ganan algo de espacio en la tribuna de oradores (+4 puntos sobre su proporción en la bancada), los tiempos vuelven a la media. Mikel Legarda es de lejos quien más presencia tiene en la tribuna de oradores del Pleno (tres de cada diez minutos del grupo son suyos). Cuando la radiografía se amplía al total de la Cámara, ellas son responsables de más de la mitad de las intervenciones en el Congreso. Esto se explica por el trabajo en comisiones, donde el peso recae sobre Idoia Sagastizabal y Maribel Vaquero (dos tercios de los discursos en estos órganos son de su autoría).

Paradójica es la situación en EH Bildu. Como ya se indicó arriba, pese a contar con Mertxe Aizpurua como portavoz, tanto Matute como Iñarritu acumulan más cantidad de intervenciones en los plenos que su compañera. Si a ello se le suma el papel discreto que hasta ahora ha ocupado Marije Fullaondo (menos del 4% del tiempo), se explica cómo una bancada donde la mitad son diputadas, estas apenas protagoniza un tercio de las intervenciones y del tiempo de micrófono.

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