Bélgica y Grecia se enfrentan este jueves por la presidencia del Eurogrupo tras la salida de Donohoe

Grecia y Bélgica se juegan este jueves la presidencia del Eurogrupo en una votación decisiva tras la dimisión de Paschal Donohoe.

Archivo - El ministro de Finanzas irlandés, Paschal Donohoe, durante la reunión de los ministros de Economía y Hacienda del Eurogrupo, a 7 de julio de 2025, en Bruselas (Bélgica). El ministro de Finanzas irlandés, Paschal Donohoe, ha sido elegido por consEuropean Union - Archivo

Los ministros de Finanzas de Grecia, Kyriakos Pierrakakis, y de Bélgica, Vincent van Peteghem, se medirán este jueves para hacerse con la presidencia del Eurogrupo. La carrera se ha adelantado tras la inesperada dimisión del irlandés Paschal Donohoe y se resolverá sin candidatos alternativos, después de que el titular español de Economía, Carlos Cuerpo, decidiera apartarse de la contienda tras una primera derrota el pasado mes de julio.

Ambos aspirantes proceden de la misma familia política, el Partido Popular Europeo (PPE). Los ‘populares’ intentaron sin éxito cerrar una candidatura de consenso, de modo que, a pocas horas de la votación, sigue sin estar claro cuál de los dos recabará un mayor respaldo entre los ministros del euro.

En cualquier caso, este jueves se desvelará el nombre del próximo presidente del Eurogrupo. Su mandato comenzará de forma inmediata al día siguiente, el 12 de diciembre, y se prolongará durante dos años y medio, con posibilidad de renovación.

Aunque las capitales mantienen en reserva el sentido de su voto, en las apuestas pesa el hecho de que la presidencia del Eurogrupo podría recaer por primera vez desde la crisis financiera en Grecia, país que se vio obligado a aceptar una estricta disciplina fiscal y duros programas de austeridad impuestos por la Unión Europea durante los sucesivos rescates de su economía.

El aspirante belga, por otro lado, tendrá que convencer a unos socios que desde hace meses observan con desconfianza la posición de Bélgica, debido a su firme rechazo a la propuesta, apoyada por una mayoría de Estados miembros y por Bruselas, de utilizar la liquidez generada por los activos soberanos rusos congelados por las sanciones para respaldar a Ucrania mediante un préstamo de 90.000 millones de euros en dos años.

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