La presencia de España en los niveles más elevados de las grandes instituciones económicas internacionales se verá mermada en 2026 por dos salidas clave: la de José Manuel Campa, que abandonará en enero la presidencia de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), y la de Luis de Guindos, cuyo mandato como vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) concluye a finales de mayo.
La marcha de Guindos del BCE estaba asumida desde que el exministro de Economía tomó posesión del cargo en junio de 2018, al tratarse de un mandato que no admite renovación. En cambio, la EBA sorprendió en septiembre al comunicar la dimisión de José Manuel Campa, efectiva a finales de enero de 2026, “por motivos personales y familiares”, especialmente porque el que fuera secretario de Estado de Economía con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero entre mayo de 2009 y diciembre de 2011 había visto prorrogado su mandato en febrero de 2024 hasta mayo de 2029.
El economista ovetense, de 61 años y al frente de la EBA desde 2019, no ha desvelado todavía cuáles serán sus próximos pasos profesionales. Luis de Guindos, por el contrario, ha sido explícito al descartar un retorno a la política, al afirmar el pasado mes de diciembre que “ese capítulo está cerrado”.
El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, señaló a mediados de diciembre que España propondrá un candidato para integrarse en el comité ejecutivo del BCE con el objetivo de conservar su representación tras la salida de Luis de Guindos de la vicepresidencia, aunque evitó precisar a cuál de las cuatro plazas que se renovarán en los dos próximos años aspirará el Gobierno.
“España tiene un mensaje muy claro aquí y es que quiere permanecer en esa comisión ejecutiva, quiere seguir teniendo un rol preponderante también en el Banco Central Europeo”, subrayó el titular de Economía.
Aun así, ante las reducidas opciones de que España logre situarse en la pugna por alguno de los dos puestos que quedarán libres en 2026 a escala europea, la lista de españoles en posiciones de máxima responsabilidad en organismos financieros internacionales previsiblemente se reducirá de forma notable el próximo año.
Entre las figuras destacadas se encuentra Nadia Calviño, exvicepresidenta del Gobierno español entre 2021 y 2023 y ministra de Economía entre 2018 y 2023, que desde enero de 2024 ejerce como presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
Asimismo, Pablo Hernández de Cos ocupa desde el 1 de julio el cargo de director general del Banco de Pagos Internacionales (BIS), tras haber sido gobernador del Banco de España entre 2018 y junio de 2024. Su nombre ha aparecido en las quinielas para incorporarse al comité ejecutivo del BCE, aunque no como relevo de Luis de Guindos, sino en relación con los otros 3 puestos que se renovarán en 2027, entre ellos la presidencia que ostenta Christine Lagarde.
En paralelo, Rodrigo Buenaventura, expresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ejerce desde enero de 2025 y por un periodo de tres años renovable como secretario general de Iosco, la organización que reúne a los supervisores de mercados de valores de todo el planeta.
Por otro lado, el economista Fernando Restoy dirige desde 2017 el Instituto de Estabilidad Financiera, organismo vinculado al Banco de Pagos Internacionales, tras haber sido subgobernador del Banco de España entre 2012 y 2016 y vicepresidente de la CNMV entre 2008 y 2012.
Además, desde abril de 2025, Miguel Carcaño Saenz De Cenzano desempeña la vicepresidencia de la Junta Única de Resolución (JUR), la autoridad europea encargada de gestionar de forma ordenada las crisis bancarias.