El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, anticipa que este año los costes derivados del absentismo laboral rebasarán los 32.000 millones de euros. Al mismo tiempo, ha alertado de que en varios sectores escasea mano de obra porque “nadie quiere” o “no puede” trabajar en esas actividades, en un contexto en el que, según ha denunciado, se insiste en que “hay que trabajar menos para vivir mejor”.
“Falta gente en la construcción, miles de personas, falta gente en la hostelería, falta gente en el transporte. De hecho, empresas españolas tienen escuelas de formación en Marruecos, en Perú, para traer gente”, ha afirmado el presidente de la patronal este jueves durante su participación en el 'III Foro Empresas tractoras que impulsan la economía española' de elEconomista.
En este encuentro, el presidente de la CEOE ha subrayado que la palabra “esfuerzo” ha dejado de estar bien vista porque “hay que trabajar menos para vivir mejor”, aunque ha recalcado que es precisamente con “cariño, tesón y esfuerzo” como una pequeña empresa puede convertirse en una gran compañía.
Para Garamendi, es fundamental “mimar entre algodones” a las empresas si se quiere que crezcan. En esta línea, ha reivindicado el papel de los empresarios “de raza” que fueron levantando proyectos empresariales que, con el tiempo, han pasado a ser grandes multinacionales y han generado un ecosistema “impresionante” en sus territorios.
“¿Qué significa el señor Juan Roig en Valencia? ¿Qué significa Amancio en La Coruña? ¿O qué significa Tomás Fuertes y El Pozo en Murcia? Lo digo por dejar solo ejemplos de empresarios de raza”, ha expuesto.
Asimismo, Garamendi ha afirmado que cuando se habla del “gran milagro” de la economía española, del salto del 15% a casi el 40% en la internacionalización empresarial, también se está haciendo referencia al papel de las grandes compañías que ayudaron a las pymes a salir al exterior.
Según sus cálculos, pese a que las grandes empresas generan un 'cash flow social' equivalente a 600.000 millones de euros anuales en salarios, se encuentran con “impuestos a la carta” y con la percepción de que “son los malos de la película”.
“Cuando hay que tirar de facturación, y como decía Churchill, pues todavía se consideran que son la vaca a ordeñar”, ha lamentado el presidente de la CEOE, que ha reclamado mayor confianza, seguridad jurídica y normas de calidad para que las compañías puedan acometer sus inversiones con certidumbre.
“Tenemos que saber qué significan las normas. Incluso la Real Academia ha hecho un diccionario sobre cómo deberían hacerse contratos, cómo deberían referirse los reales decretos o las leyes, que muchas veces no sabemos ni qué significan, ni los propios legisladores se enteran de lo que significan”, ha expuesto.
Denuncia del absentismo y escasez de mano de obra
En relación con el absentismo, el presidente de la CEOE ha recordado que cada día dejan de acudir a su puesto 1.600.000 personas, lo que supone un impacto de 16.000 millones de euros para las empresas y otros 16.000 millones para la Seguridad Social.
Ha incidido además en que falta mano de obra en España pese a mantener una elevada tasa de paro. “Nos faltan más de 50.000 personas en ciberseguridad. Nos faltan ingenieros. Si queremos hablar de igualdad, todavía solo el 25% de las mujeres estudian las carreras STEM y el 50% hacen medicina. Nos faltan médicos también para hablar de la IT”, ha expuesto Garamendi, quien ha pedido gestionar bien lo que es la Incapacidad Temporal, porque es un problema que “algunos no quieren entender”.
En otro orden de cosas, ha sostenido que la presión fiscal en España es “mucho más alta” que en otros países si se divide la recaudación total entre el número de habitantes, argumentando que mientras en Europa la economía sumergida se sitúa en torno al 14%, en España ronda el 24%.
También ha advertido de que, con la subida de salarios que se está aplicando sin “consultar” y sin “tener en cuenta la negociación colectiva”, será preciso contar en España con un “regulador del empleo”.
En este sentido, según ha señalado Garamendi, la AIReF ha apuntado que en el campo se han destruido más de 100.000 puestos de trabajo en los dos últimos años y que en el servicio doméstico se han perdido más de 65.000 empleos, lo que, a su juicio, implica que “más gente” está derivándose hacia la economía sumergida.