La inteligencia artificial (IA) está generando una notable presión a la baja sobre los salarios y sobre el número de empleados júnior en las empresas, de acuerdo con un estudio elaborado por los profesores José Aznar y Mireia Giné, del IESE, junto con Javier Sanz-Espín, de la Toulouse School of Management, a partir de datos de 138 millones de trabajadores en Estados Unidos.
Tras la irrupción de ChatGPT, las retribuciones medias en las compañías con mayor exposición a la automatización descendieron un 4,5% en comparación con aquellas que prácticamente no estaban expuestas. En las firmas situadas en el grupo de máxima exposición, el ajuste salarial llegó hasta el 7,7%.
Además, el informe “AI Is Already Eroding Wages: Quasi-Experimental Evidence From Occupational Exposure” constata que las remuneraciones de entrada del personal júnior se redujeron un 6,3%.
El estudio también detecta un recorte del 5,9% en los salarios del nuevo personal de nivel intermedio. En cambio, los investigadores señalan que las retribuciones de los perfiles sénior se mantuvieron sin cambios o incluso registraron incrementos.
De acuerdo con los autores, las empresas pertenecientes a los sectores con mayor exposición a la IA (tecnología de la información, consultoría y servicios financieros) disminuyeron el peso de los empleados júnior en torno a un 4% y elevaron en una proporción similar la presencia de trabajadores de nivel intermedio en sus plantillas.
Estos resultados reflejan el modo en que las compañías están ajustando su estructura laboral ante el impacto de los modelos de inteligencia artificial.
“Si las empresas dejan de contratar aprendices hoy para aumentar la eficiencia a corto plazo, corren el riesgo de crear un peldaño roto en la carrera profesional, lo que plantea preguntas urgentes sobre cómo se formará a la próxima generación de expertos en una era de cognición automatizada”, afirman los autores.
Las conclusiones del trabajo se corroboran también utilizando el Censo Trimestral de Empleo y Salarios (QCEW, por sus siglas en inglés) para el sector privado. Aunque ambos indicadores captan conceptos relacionados pero no idénticos, los patrones temporales que muestran resultan muy parecidos.











