La mejora de la calidad del empleo juvenil se perfila como el gran desafío del mercado de trabajo español en 2026, debido al fuerte desajuste entre la formación de los jóvenes y los puestos que realmente se ofrecen. Así lo recoge el monográfico “Jóvenes y desajuste laboral” elaborado por la patronal de las Empresas de Trabajo Temporal y Agencias de Empleo en España (Asempleo).
Este desajuste se refleja en que, hoy en día, tres de cada diez menores de 25 años se concentran en ramas como la restauración (16,6%) y el comercio (16,2%), actividades que, en muchos casos, no requieren el nivel de estudios que han alcanzado.
De acuerdo con los datos de la patronal de Empresas de Trabajo Temporal, obtenidos a partir de la última Encuesta de Población Activa (EPA), entre los jóvenes menores de 25 años solo el 55,6% percibe que su titulación encaja con el empleo que desempeña, mientras que un 34,9% declara contar con una cualificación superior a la que se exige en su puesto.
El informe detalla que el 29,2% de los trabajadores de entre 16 y 34 años está sobrecualificado para su ocupación, porcentaje que se eleva hasta el 35% en el colectivo de menos de 25 años, evidenciando que la sobrepreparación es especialmente intensa entre los más jóvenes.
La situación empeora entre quienes ya han tenido un primer empleo y lo han perdido: en este grupo, la tasa de sobrecualificación se sitúa en el 41,1%, lo que confirma que el debut en el mercado laboral suele producirse en puestos que infrautilizan la formación adquirida y que, además, no garantizan estabilidad.
“La inserción laboral inicial continúa caracterizándose por un acceso predominante a sectores y ocupaciones de baja intensidad formativa. La fricción entre formación y tipo de empleo desempeñado abre una fase temprana de devaluación competencial que afecta especialmente a los jóvenes recién incorporados”, ha afirmado el presidente de Asempleo, Andreu Cruañas.
Tener más estudios ya no blinda frente a la automatización
El informe subraya que un mayor nivel educativo ha dejado de ser un escudo frente a la automatización. Ahora, disponer de más estudios puede incluso incrementar la exposición al impacto de la Inteligencia Artificial (IA), que está alterando de raíz las vías tradicionales de entrada al empleo.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), en economías avanzadas como la española hasta un 60% de los puestos de trabajo está potencialmente expuesto a la IA. Este reto se agudiza al analizar el comportamiento de las grandes corporaciones, que deberían ser el principal destino de los jóvenes con alta cualificación.
De acuerdo con el informe “Indicadores de uso de Inteligencia Artificial en España 2024”, las compañías de mayor tamaño (más de 249 empleados) son las que muestran una mayor implantación de IA, con una tasa de uso del 44%. Este avance tecnológico empuja a muchos jóvenes a iniciar su trayectoria en sectores de menor cualificación, con empleos más frágiles y de peor calidad.
La creciente automatización de tareas en las grandes empresas, que actúan como motor económico del país, está dificultando la incorporación de recién graduados que, en teoría, deberían integrarse en estas plantillas.
Así, según Asempleo, otras empresas como IDC, en su informe de diciembre de 2025 expuso que ya un 62% de las empresas españolas aseguran haber reducido o frenado la contratación de perfiles “junior”.