El Senado de México ha dado luz verde a una reforma de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación (Ligie) con la que se aplicarán aranceles de entre el 5% y el 50% a más de 1.400 productos procedentes de países asiáticos sin tratado comercial con el país norteamericano, entre ellos Corea del Sur, India, Vietnam, Tailandia o China, que ya ha alertado de que esta decisión afecta de forma sustancial a sus intereses.
La iniciativa legislativa salió adelante con 76 votos favorables, cinco en contra y 35 abstenciones, y contempla que, a partir del 1 de enero de 2026, se graven 1.463 partidas, que abarcan desde prendas de vestir hasta metales y piezas para la industria del automóvil.
Aunque la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha rechazado vincular la reforma con la ofensiva proteccionista contra China impulsada por Donald Trump, la decisión se produce en paralelo a los preparativos de las conversaciones para la revisión del Tratado de Comercio con Estados Unidos y Canadá.
Según los cálculos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de México, la nueva estructura arancelaria permitirá recaudar en torno a 52.000 millones de pesos adicionales el próximo año, equivalentes a unos 2.500 millones de euros.
Por su parte, el Ministerio de Comercio de China ha señalado este jueves que, aunque el texto finalmente aprobado introduce ciertos ajustes respecto al borrador original, reduciendo parcialmente los gravámenes sobre algunos componentes, manufacturas ligeras y productos textiles, “en general, una vez implementadas, seguirán perjudicando considerablemente los intereses de los socios comerciales relevantes, incluida China”.
En esta línea, un portavoz del Ministerio de Comercio ha reiterado que el país asiático se ha mostrado de forma constante en contra de cualquier incremento unilateral de aranceles y ha manifestado que Pekín confía en que “México corrija sus prácticas erróneas de unilateralismo y proteccionismo lo antes posible”.
Con el objetivo de defender a los sectores chinos afectados, el representante ha recordado que el Ministerio de Comercio abrió a finales de septiembre una investigación sobre México en materia de barreras al comercio y a la inversión, un procedimiento que sigue en marcha.
Al hilo de las declaraciones de responsables mexicanos que vinculaban el endurecimiento arancelario con la próxima revisión del T-MEC, el Ministerio chino ha indicado que valora positivamente que los países solucionen sus disputas mediante acuerdos comerciales, pero ha recalcado que “ningún acuerdo debe condicionarse a afectar el desarrollo del comercio mundial ni perjudicar los intereses legítimos de China”.
“China espera trabajar junto a México para fortalecer la comunicación y el diálogo en el campo económico y comercial, gestionar adecuadamente las diferencias, profundizar la cooperación pragmática y salvaguardar conjuntamente la situación general de las relaciones económicas y comerciales bilaterales”, ha concluido el portavoz.










