El regulador luso de la energía, ERSE, ha difundido ya el documento definitivo de tarifas y parámetros que regirá el periodo regulatorio 2026-2029. Entre los cambios más relevantes figura el aumento de la tasa de retribución (RoR) para la actividad de distribución eléctrica, que se sitúa en el 6,70% antes de impuestos, por encima del 6,33% planteado en octubre y muy lejos del 4,70% aplicado en el ciclo actual. El esquema regulatorio incorpora además un rango con suelo del 5,90% y techo del 8,90%, ligado al rendimiento medio de los bonos portugueses a 10 años.
Según los expertos consultados por Europa Press, esta tasa equivaldría a un 7,3%-7,4% de retribución en España, porque indexa a inflación y se actualiza la tasa en función de la evolución del bono.
En paralelo, en España la propuesta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) mantiene una rentabilidad regulada claramente más baja, del 6,58%, lo que ha encendido las alarmas en el sector por la pérdida de atractivo para canalizar nuevas inversiones.
El Ejecutivo español continúa a la espera del dictamen del Consejo de Estado, trámite imprescindible para poder dar luz verde a la normativa antes de que concluya el año, en un escenario de elevada presión para aportar certidumbre regulatoria y sostener la estabilidad del sistema eléctrico.
La propuesta española no solo ha decepcionado al sector eléctrico, sino a todas las asociaciones empresariales. En concreto, más de 70 asociaciones empresariales y profesionales han solicitado formalmente al Gobierno y a la CNMC que revisen la propuesta, alertando de que la actual metodología pone en riesgo la competitividad, la inversión y la electrificación.
De este modo, reclaman una actualización que acerque la retribución española a los estándares europeos para evitar un deterioro del tejido industrial y del servicio eléctrico.