El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha señalado que el fracaso de la oferta pública de adquisición (OPA) del BBVA por el Banco Sabadell se debe a factores que trascienden lo meramente financiero.
En su opinión, el fuerte enraizamiento del banco en Cataluña y en la región del Levante, así como las emociones suscitadas, han sido determinantes en este proceso.
«El Sabadell es un banco muy arraigado, no solo en Cataluña, yo creo que en todo el levante español, y con una cultura financiera muy dirigida a la pequeña y mediana empresa que tiene un enfoque muy relevante en la economía catalana», explicó Illa en una entrevista recogida por Europa Press en la Cadena Ser.
Illa ha destacado que la negativa a esta operación ha sido «una buena noticia para Cataluña y para el conjunto de España», apuntando a que, más allá de los aspectos económicos, como la naturaleza hostil de la oferta, hubo «consideraciones no estrictamente económicas» sobre el papel del Banco Sabadell en la sociedad catalana.
Al ser preguntado sobre el papel de las emociones en la decisión de los accionistas, Illa confirmó que, efectivamente, estas tuvieron un peso significativo.
«Preservar el interés general»
«El resultado económico evidentemente es relevante, pero si hay viabilidad, como efectivamente la hay, en una entidad financiera como el Sabadell, que además está teniendo un desempeño exitoso estos últimos años, pues vamos también a proseguir este camino. Creo que ese tipo de razones también han tenido un peso», añadió.
Sobre la actuación del Gobierno de España y del Ministerio de Economía en la OPA, Illa aseguró que han cumplido con su deber de «preservar el interés general», actuando según el análisis de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Además, reiteró que el carácter hostil de la oferta fue una razón clave del fracaso.
Illa también destacó el papel de la Generalitat en la operación, subrayando que ambas entidades financieras tienen un rol esencial en las economías regionales y que su buen rendimiento justifica la decisión de mantener el status quo.
«Por tanto es normal que lo hayamos seguido con atención y haciendo lo que nos correspondía hacer, que era preservar en la medida posible el interés general, que es lo que ha guiado toda la actuación de las administraciones públicas», concluyó.