La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y el consorcio vasco integrado por Sidenor, Gobierno Vasco, BBK y Vital han completado la suscripción de las nuevas acciones de Talgo, lo que les permite incorporarse a su capital por un importe conjunto de 150 millones de euros.
En el caso de la SEPI, su desembarco se ha articulado mediante una ampliación de capital de 45 millones de euros y la suscripción de una emisión de 300 bonos convertibles por 30 millones de euros, según ha comunicado la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Por su parte, el consorcio vasco ha acudido a otra emisión de bonos convertibles en acciones, en esta ocasión de 750 títulos por un importe total de 75 millones de euros, en línea con los compromisos asumidos dentro del plan de reestructuración del fabricante ferroviario, que cuenta con plantas en Madrid y en el País Vasco.
Estas inyecciones de recursos se añaden a las operaciones cerradas este martes, cuando Talgo firmó un contrato de financiación sindicada de hasta 770 millones de euros —articulado en un tramo de hasta 650 millones con garantía parcial de Cesce y otro tramo revolving de 120 millones—, además de una línea de avales de 500 millones de euros también con cobertura parcial de Cesce.
En el seno del consorcio vasco, Sidenor, el Gobierno Vasco y BBK ostentan cada uno una participación del 28,6%, mientras que Vital controla el 14%. En el capital de Talgo, este bloque conjunto alcanza el 27,4%, frente al 7,9% que pasa a manos de la SEPI.
El conjunto de este dispositivo financiero hará posible la salida del fondo británico Trilantic, que llevaba años intentando desprenderse de su paquete accionarial. La compañía húngara Magyar Vagon llegó a presentar una OPA para hacerse con Talgo, pero el Ejecutivo español la bloqueó por motivos de “seguridad nacional”.
La entrada del Gobierno Vasco en la operación se justifica por el peso de la actividad de Talgo en la comunidad, donde la compañía dispone de una planta en Rivabellosa (Álava) que emplea a alrededor de 700 personas, dentro de una plantilla de unos 3.000 trabajadores en todo el territorio nacional.
El Ejecutivo autonómico solicitó al Estado que se implicara en la operación, dado que el Gobierno central también ha definido en repetidas ocasiones a Talgo como una empresa estratégica para España. La otra gran factoría de la compañía se ubica en Las Matas (Madrid).