El gigante industrial alemán Thyssenkrupp ha informado sobre unas pérdidas acumuladas de 174 millones de euros durante los primeros nueve meses de su año fiscal, que finaliza en septiembre, lo que representa una reducción del 61% en comparación con los 446 millones de pérdidas del mismo período del año anterior. La compañía ha tenido que revisar sus proyecciones anuales a la baja debido a la debilidad en la demanda y los bajos precios.
En este periodo, las ventas alcanzaron los 24.560 millones de euros, mostrando una disminución del 6% respecto al año anterior, mientras que los pedidos recibidos aumentaron un 23%, sumando 30.705 millones de euros.
Analizando los ingresos por sectores, el área automotriz reportó 5.255 millones de euros, cayendo un 7,8%; el sector de descarbonización descendió un 4,7%, hasta 2.643 millones; los materiales bajaron un 6,3%, alcanzando 8.640 millones; y el negocio de acero en Europa disminuyó un 10,5%, hasta 7.270 millones. Sin embargo, el negocio de sistemas marinos experimentó un crecimiento del 14%, llegando a 1.601 millones.
Durante el trimestre de abril a junio, las pérdidas se incrementaron significativamente a 278 millones de euros, en comparación con los 54 millones del mismo periodo de 2024, debido principalmente a un efecto fiscal extraordinario de 135 millones por la preparación de la escisión del negocio de sistemas marinos y otras pérdidas por deterioro de aproximadamente 100 millones de euros en Steel Europe y gastos de reestructuración de cerca de 70 millones de euros en Automotive Technology.
En el tercer trimestre, la cifra de negocio fue de 8.151 millones de euros, un 9% menos que el año anterior, y los pedidos recibidos aumentaron un 21,4%, sumando 10.145 millones. ‘El último trimestre se caracterizó por una enorme incertidumbre macroeconómica’, comentó Miguel López, consejero delegado de Thyssenkrupp. ‘Estamos sufriendo con fuerza la debilidad del mercado en sectores clave para nuestros clientes, como la automoción, la ingeniería y la construcción’, añadió, señalando que la compañía ha contrarrestado estos efectos con medidas rigurosas de reducción de costes.
‘Al mismo tiempo, estamos logrando grandes avances en nuestros aspectos estratégicos. Nuestro objetivo es que nuestro negocio naval salga a bolsa antes de que finalice este año’, indicó López, destacando que el nuevo convenio colectivo de reestructuración pone las bases para un futuro exitoso para Steel Europe.
Para el conjunto del año, Thyssenkrupp ha actualizado su previsión de ventas, esperando ahora una reducción anual de entre el 7% y el 5%, mientras que previamente se esperaba que se mantuvieran estables o disminuyeran hasta un 3%. La proyección de Ebit ajustado también se ha revisado a la baja, anticipando ahora una cifra en el extremo inferior del rango comunicado, de entre 600 y 1.000 millones de euros.
En un contexto de tensión, la compañía está adoptando un enfoque más restrictivo para la planificación de las inversiones, que ahora se estima entre 1.400 y 1.600 millones, por debajo del rango de 1.600 a 1.800 millones previsto anteriormente. Además, se espera que el beneficio neto oscile entre 100 y 500 millones de euros.
Las acciones de Thyssenkrupp experimentaron una caída del 11,6% en la Bolsa de Fráncfort este jueves, aunque posteriormente lograron recuperar parte de la pérdida hasta el 7%. A pesar de ello, desde comienzos de año, las acciones de la empresa alemana han experimentado una revalorización superior al 120%.