La Unión Europea, en colaboración con el Banco Europeo de Inversiones, ha decidido apoyar económicamente la instauración de cinco grandes gigafactorías de Inteligencia Artificial (IA) en Europa. El propósito es desarrollar infraestructuras clave para el entrenamiento de modelos IA avanzados, fortaleciendo así la posición tecnológica europea frente a potencias como Estados Unidos y China, líderes en la tecnología de microchips.
La alianza entre la Comisión Europea y el BEI establece líneas de cooperación específicas, incluido asesoramiento especializado, para incrementar la viabilidad financiera de las inversiones propuestas. Se busca transformar ideas innovadoras en proyectos financieramente sostenibles que puedan captar la inversión necesaria y proporcionar beneficios concretos.
Desde el fondo ‘InvestAI’, Bruselas ha comprometido 20.000 millones de euros de inversión pública y privada para estas infraestructuras, iniciando consultas con consorcios empresariales en abril pasado. Se anticipa que se movilizarán más de 200.000 millones de euros en el sector, dada la alta demanda privada por avanzar en esta tecnología.
Estas instalaciones se dedicarán a entrenar los modelos de IA más complejos y voluminosos, que requieren una vasta infraestructura computacional para progresos en diversas áreas del conocimiento, con aplicaciones que abarcan desde la medicina hasta las tecnologías limpias.
«El interés demuestra confianza en el liderazgo de Europa en el desarrollo de la IA y que tenemos una verdadera oportunidad de posicionar a Europa como una potencia global en IA. Hoy, damos el siguiente paso», declaró Henna Virkkunen, vicepresidenta de la Comisión Europea de Soberanía Tecnológica, Seguridad y Democracia, junto a Nadia Calviño, presidenta del BEI.
Calviño resaltó que este acuerdo es un «nuevo paso adelante» para asegurar la viabilidad financiera de las gigafactorías en Europa, que jugarán un papel crucial en la «soberanía de Europa en la nueva economía digital». Además, destacó la importancia de colaborar a gran escala para que sectores clave como la biotecnología y la tecnología sanitaria accedan a estas infraestructuras.
Con unas 100.000 unidades de chips de IA de última generación por instalación, estas gigafactorías representarán un aumento significativo respecto a las capacidades actuales. Este proyecto se suma a las ya existentes en España, como el Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSN-CNS) y el Centro de Supercomputación de Galicia (CESGA).
Finalmente, sobre la dependencia europea de chips de última generación, Virkkunen reconoció que la UE aún necesita adquirir esta tecnología de países como Estados Unidos. «Desafortunadamente, aún no tenemos la capacidad en la UE para diseñar y fabricar. Es una de nuestras ambiciones para el futuro, queremos desarrollar ese tipo de capacidad en Europa», concluyó.











