Bruselas da el visto bueno a los compromisos de Microsoft sobre la competencia con Teams

La Comisión Europea convierte en vinculantes las medidas ofrecidas por la tecnológica, que incluyen versiones de Office y Microsoft 365 sin Teams, ajustes de precios e interoperabilidad con otras aplicaciones, con el objetivo de restablecer la competencia leal en el mercado de la comunicación

Maroš Šefčovič on the left Teresa Ribera

La Comisión Europea ha anunciado que acepta los compromisos ofrecidos por Microsoft para abordar las preocupaciones sobre competencia relacionadas con Teams. Unos compromisos que pasarán a ser vinculantes, justo cuando se cumple una semana del anuncio de la imposición de una multa millonaria a Google por vulnerar las normas de competencia en la UE.

La compañía ha accedido a abordar la posición de la Comisión acerca de la relación que la empresa mantiene con las aplicaciones de Word, Excel, PowerPoint y Outlook, incluidas en sus suites Office 365 y Microsoft 365 para clientes comerciales.

La responsable de la competitividad europea, Teresa Ribera, ha celebrado la decisión «que abre la competencia en este mercado crucial y garantiza que las empresas puedan elegir libremente el producto de comunicación y colaboración que mejor se adapte a sus necesidades».

¿Qué planteaba la Comisión?

El máximo organismo comunitario había concluido, después de haber iniciado una investigación, que Microsoft ocupaba una posición dominante en el mercado mundial de aplicaciones de productividad para uso profesional. Esto entroncaba con varios puntos del Tratado de Funcionamiento de la UE y del Acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo, al haber estado vinculando Teams con las aplicaciones de productividad de Microsoft.

En este sentido, se apuntaba a que se estaba restringiendo la competencia en el mercado de productos de comunicación y colaboración en la nube, al gozar Teams de una ventaja competitiva indebida en términos de distribución.

En un primer momento, Microsoft optó por introducir ciertos cambios, tales como ofrecer algunas «suites» sin Teams. Sin embargo, el máximo organismo comunitario expresó su disconformidad al considerarlos insuficientes. En ese momento, se instó a la compañía a llevar a cabo cambios de calado que pusieran fin a la práctica de vinculación anticompetitiva.

Compromisos acordados

Junto con estas medidas pactadas, Microsoft ha decidido ajustar la oferta y los precios de sus suites globales a dichos compromisos. Asimismo, ofrecer suites sin Teams para los trabajadores de primera línea y reducir todavía más el precio de su suite más grande sin Teams.

Todos estos compromisos tendrán una vigencia de siete años, salvo aquellos relacionados con la interoperabilidad y la portabilidad de datos, cuya duración será de diez años. La Comisión considera que «los compromisos finales de Microsoft abordarían adecuadamente sus preocupaciones en materia de competencia sobre su conducta«.

La propia Ribera destacó la importancia de la decisión porque «organizaciones grandes y pequeñas en Europa y el mundo dependen en gran medida de las herramientas de videoconferencia, chat y colaboración, especialmente desde la pandemia del coronavirus«.

Para asegurar la correcta aplicación de estas medidas, Bruselas nombrará un monitor encargado de supervisar el cumplimiento de los acuerdos y reportar cualquier avance. Además, actuará como mediador en posibles conflictos entre Microsoft y otras partes interesadas.

Los organismos europeos consideran que estas acciones permitirán restablecer la competencia leal y facilitarán la entrada de nuevos competidores en el mercado de aplicaciones de comunicación y colaboración dentro de la Unión Europea.

Silencio en la sala

En la semana en la que se anunció la multa a Google, se conoció que en un primer momento el comisario de Comercio, Maroš Šefčovič, trató de frenar la sanción para evitar las represalias de Estados Unidos, que aún tiene pendiente de aplicar parte del acuerdo comercial con la UE.

Tras días de silencio, Ribera acabó por confirmar que coordinó directamente con Ursula Von der Leyen, la presidenta de la Comisión, la forma en que se anunció el viernes pasado la imposición de una multa de 2.950 millones de euros a la multinacional, y rechazó la existencia de cualquier desavenencia entre ellas.

Lo hizo en Estrasburgo, donde se le preguntó si sus comentarios sobre un genocidio de Israel en Gaza habían causado un distanciamiento con Von der Leyen, lo que también habría podido vetar la posibilidad de presentar la multa en una rueda de prensa, como suele ser habitual en Bruselas y que esta vez no sucedió.

Ribera negó estos rumores, destacando que mantiene una muy buena relación con la alemana, con quien tiene frecuentes conversaciones, aunque admitió que en ocasiones sus puntos de vista y estilos pueden diferir.

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