La organización no gubernamental Amnistía Internacional ha instado este martes a las autoridades de Irán a ordenar la liberación “inmediata e incondicional” de las personas detenidas la semana pasada durante el funeral de un activista, entre ellas la Premio Nobel de la Paz Narges Mohammadi, quien habría sido agredida en el momento de su arresto.
“Amnistía Internacional pide a las autoridades iraníes que pongan en libertad de forma inmediata e incondicional a todas las personas detenidas arbitrariamente por ejercer pacíficamente sus Derechos Humanos el 12 de diciembre en Mashhad durante el homenaje al abogado Josrou Alikordi”, ha afirmado Amnistía Internacional en Irán a través de su cuenta en la red social X.
La organización ha señalado que, por el momento, se han verificado 39 detenciones y ha subrayado que, además de Mohammadi, entre las personas arrestadas se encuentran reconocidos defensores de Derechos Humanos como Alié Motalbzadé, Hasti Amiri, Puran Nazemi y Sepidé Gholian, así como Yavad Alikordi, hermano del abogado homenajeado.
“Según informaciones recibidas por Amnistía Internacional, los agentes infligieron torturas y otros malos tratos durante los arrestos, incluidos golpes violentos a Alié Motalbzadé y Narges Mohammadi, quienes necesitaron atención médica por las lesiones sufridas a causa de las torturas”, ha zanjado.
La familia de Mohammadi detalló el lunes que la activista tuvo que ser ingresada en dos ocasiones a consecuencia de las palizas que habría recibido, algo que la propia Premio Nobel de la Paz relató en una llamada telefónica, en la que solicitó a sus abogados que presentaran una denuncia contra las fuerzas de seguridad por estos abusos.
Mohammadi obtuvo la libertad provisional en diciembre de 2024 tras aprobar la Fiscalía de Teherán una petición basada en razones médicas. Meses antes, en octubre, fue trasladada a un hospital después de que sus familiares denunciaran que las autoridades iraníes le habían impedido durante más de dos meses acceder al tratamiento necesario pese al empeoramiento de su estado de salud.
La defensora de Derechos Humanos ha pasado buena parte de los últimos 20 años encarcelada, ha sufrido varios infartos y fue sometida a una operación de urgencia en 2022. En total, ha sido sentenciada en cinco procesos distintos hasta acumular 31 años de prisión, principalmente por su implicación en las protestas contra el estricto código de vestimenta impuesto en Irán.