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Ampliación | La IPC retira la declaración de hambruna en Gaza pero alerta de una crisis alimentaria extrema

La IPC levanta la declaración de hambruna en Gaza por la llegada de ayuda, pero advierte de una crisis extrema que sigue golpeando sobre todo a la infancia.

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Ampliación | La IPC retira la declaración de hambruna en Gaza pero alerta de una crisis alimentaria extrema

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La Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (IPC) ha decidido dejar en suspenso su declaración formal de hambruna en la Franja de Gaza gracias a la entrada de ayuda humanitaria tras el alto el fuego del 10 de octubre. No obstante, el organismo advierte de que la situación sigue siendo crítica en el territorio palestino: alrededor de medio millón de personas continúan en fase de emergencia alimentaria y más de cien mil padecen “condiciones catastróficas”.

La IPC, concebida inicialmente por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y posteriormente asumida por numerosas agencias internacionales, sirve para medir el grado de crisis alimentaria en contextos de conflicto o desastre. En agosto, este sistema de clasificación declaró oficialmente la hambruna en la ciudad de Gaza y su área metropolitana.

En su evaluación más reciente, pese a la mejora relativa, la IPC subraya que la malnutrición aguda está alcanzando “niveles críticos” en las gobernaciones de Gaza y “graves” en las de Deir al Balá y Jan Yunis. El organismo remarca además que la situación continúa siendo extremadamente frágil porque “si las hostilidades se reanudan y se detiene el flujo de ayuda, la Franja de Gaza entera corre peligro de entrar en situación de hambruna” para abril del próximo año.

Las agencias de la ONU piden mantener y ampliar la ayuda

Diversas agencias de Naciones Unidas han acogido con alivio la suspensión del estado de hambruna, pero recalcan que “la malnutrición, las enfermedades y la magnitud de la destrucción agrícola siguen siendo alarmantemente altas” en Gaza.

En una nota conjunta, la FAO, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) se declaran “ preparados para ampliar aún más sus respuestas” ante la “presión causada por las restricciones a las importaciones, las limitaciones de acceso y las importantes deficiencias de financiación”.

Según denuncian, estos obstáculos “están obstaculizando gravemente su capacidad para operar a la escala necesaria, en particular en las intervenciones que apoyan la seguridad alimentaria, la nutrición, la salud, el agua, el saneamiento y la higiene, la agricultura y la recuperación de los medios de vida”.

“Los agricultores, pastores y pescadores de Gaza están listos para reanudar la producción de alimentos, pero no pueden hacerlo sin acceso inmediato a suministros básicos y financiación”, ha explicado el director de la Oficina de Emergencias de la FAO, Rein Paulsen.

“El alto el fuego ha abierto una pequeña ventana para que los suministros agrícolas esenciales lleguen a los agricultores vulnerables. Solo la financiación y un acceso ampliado y sostenido permitirán que la producción local de alimentos se reanude y se reduzca la dependencia de la ayuda externa”, ha añadido.

Por su parte, la directora de Operaciones de Emergencia de UNICEF, Lucia Elmi, advierte de que “los siguen en grave peligro. Tras más de dos años de conflicto implacable, sus cuerpos y cerebros en desarrollo llevan cicatrices profundas y duraderas”.

Los servicios sanitarios apenas operan, el acceso a agua potable y saneamiento es muy limitado y el invierno empeora las condiciones de las personas desplazadas que malviven en refugios improvisados. “Estos frágiles avances podrían desaparecer de la noche a la mañana si se reanudan los combates”, ha recalcado.

El director de Preparación y Respuesta ante Emergencias del PMA, Ross Smith, ha instado a “redoblar los esfuerzos para consolidar estos avances y garantizar que las personas puedan acceder de forma fiable a los servicios esenciales como los centros médicos”. En la misma línea, el director de Gestión Humanitaria y Desastres de la OMS, Altaf Musani, ha recordado que “solo el cincuenta por ciento de los centros de salud de Gaza funcionan parcialmente y muchos han sufrido daños durante el conflicto”.

“Incluso los centros de salud en funcionamiento se enfrentan a la escasez de suministros y equipos esenciales, sujetos a complejos procedimientos y restricciones de entrada” ha señalado, antes de remarcar que “hace falta mucho más para abordar las enormes necesidades sanitarias”.

Niños y mujeres, entre los más afectados

El impacto sobre la infancia seguirá siendo devastador. La IPC calcula que 101.000 menores de entre seis meses y cinco años padecerán desnutrición aguda hasta mediados de octubre de 2026, de los cuales 31.000 sufrirán cuadros graves. Además, se prevé que 37.000 mujeres embarazadas y lactantes requieran apoyo nutricional urgente.

La ONG Save the Children, tras analizar el informe, resalta que en 2026 el 77 por ciento de la población de Gaza afrontará niveles catastróficos de hambre, incluidos unos 800.000 niños y niñas.

La organización alerta también de la escasa diversidad de la dieta en el enclave, dado que “los lácteos, los huevos, la carne, el pescado y las frutas y verduras frescas son prácticamente inexistentes en los mercados”.

Save the Children ha reiterado los efectos irreversibles que la falta de una alimentación adecuada tiene sobre el desarrollo físico y cognitivo de los menores, ya que, según sus datos, los escasos productos disponibles se reducen a pan y alimentos procesados con altos niveles de azúcar y sal.

Con la llegada del invierno, la ONG advierte de que “los niños y niñas corren un alto riesgo de sufrir diarrea, enfermedades de la piel como la sarna, infecciones respiratorias como la neumonía e hipotermia” y que “la desnutrición agrava estos riesgos al limitar la capacidad de los niños para mantener la temperatura corporal y recuperarse de las enfermedades”.

El director regional de Save the Children para Oriente Medio, Norte de África y Europa Oriental, Ahmad Alhendawi, enfatiza que la reanudación de la ayuda humanitaria está lejos de significar el final de la emergencia.

“Nada más lejos de la realidad. Estas nuevas cifras deberían volver a centrar nuestra atención en Gaza. El hambre y la desnutrición causan múltiples daños físicos al organismo de los niños y niñas. Pero los efectos no son solo a corto plazo. Además de causar daño a las personas, estas consecuencias amenazan el tejido mismo de la sociedad palestina para las generaciones venideras”, ha señalado.

Israel vuelve a cuestionar el informe de la IPC

El Gobierno de Israel, como ya hiciera en agosto, ha rechazado las conclusiones de la IPC. Tras reiterar que, a su juicio, nunca se llegó a producir una situación de hambruna en Gaza, el portavoz Oren Marmorstein sostiene que la última evaluación “está una vez más deliberadamente distorsionada y no refleja la realidad en la Franja de Gaza”.

El representante israelí afirma que el informe “ignora el enorme volumen de ayuda que entra en la Franja porque se basa principalmente en datos relacionados con los camiones de la ONU, que representan solo el 20% del total de camiones de ayuda”.

Asimismo, asegura que la IPC ha pasado por alto que, de media, “entre 600 y 800 camiones de ayuda entran en la Franja de Gaza cada día, el 70% de ellos con alimentos, casi cinco veces más de lo que la propia IPC afirmó que se necesitaba para la Franja”.

“Estas enormes cantidades de ayuda se reflejan en la realidad sobre el terreno: solo entre julio y noviembre, los precios de los alimentos en la Franja cayeron más del 80%”, ha concluido.