El alcalde de Taipéi, Chiang Wan-an, ha confirmado una tercera víctima mortal tras el ataque con arma blanca y bombas de humo registrado en los accesos de dos estaciones de metro de la capital taiwanesa, elevando el balance a tres fallecidos.
El último fallecido, un hombre de 57 años, se encaró con el agresor para intentar frenar sus intentos de apuñalar de forma indiscriminada a los transeúntes, después de que este tratara de desorientar a los viandantes con las bombas de humo. Durante el forcejeo sufrió una herida de extrema gravedad que finalmente ha causado su muerte.
De las otras dos víctimas mortales, una perdió la vida también por las cuchilladas, mientras que la tercera murió a raíz de un paro cardiorrespiratorio vinculado al uso de las granadas de humo lanzadas por el atacante, de acuerdo con la agencia oficial de noticias CNA.
En el suceso resultaron heridas al menos seis personas. Tras la agresión, el sospechoso, identificado como Chang Wen, se arrojó desde la sexta planta del Eslite Spectrum Nanxi y sufrió un paro cardíaco. Fue evacuado de inmediato al Hospital General de Cathay, donde fue declarado muerto a las 19.42 horas (hora local), según han detallado las autoridades.
La Fiscalía del Distrito de Taoyuan ha señalado que el hombre estaba citado por el servicio militar y que, al no presentarse, se había emitido contra él una orden de detención a mediados de julio.
“Para garantizar la seguridad de los ciudadanos y mantener el orden social, he dado instrucciones inmediatas al departamento de policía y a todas las unidades pertinentes para que refuercen los mecanismos de seguridad y patrullaje en toda la ciudad”, ha sostenido el alcalde de Taipéi.
La Policía descarta motivación terrorista
El director general de la Agencia Nacional de Policía, Chang Jung Hsing, ha comparecido en rueda de prensa para lanzar un mensaje de calma a la ciudadanía y ha calificado lo ocurrido como un “ataque aleatorio” sin indicios de terrorismo.
En una maleta que el agresor llevaba consigo al iniciar el ataque, los agentes localizaron material de supervivencia, 17 granadas de humo (dos de ellas sin detonar), 15 botellas de gasolina, chalecos tácticos y varios cuchillos.
En la vivienda del sospechoso, la Policía intervino cuatro cuchillos, un ordenador portátil calcinado y cinco bidones. Además, se alojaba en una habitación de hotel donde los investigadores hallaron 23 bidones de gasolina y dos tabletas electrónicas bloqueadas.
El hotel se encontraba a unos 50 metros del lugar del crimen, lo que llevó a los investigadores a concluir que el agresor llevó a cabo “un ataque aleatorio planificado”, según las declaraciones del jefe de Policía, difundidas igualmente por CNA.