El exdirector de la Policía de Carreteras de Brasil, Silvinei Vasques, condenado a 24 años de cárcel por su implicación en la trama golpista que buscó mantener en el poder a Jair Bolsonaro tras las elecciones de 2022, fue arrestado este viernes en el aeropuerto de Asunción, capital de Paraguay, cuando se disponía a tomar un vuelo con destino a El Salvador.
Vasques había salido de Brasil rumbo a Paraguay sin permiso judicial, después de romper la tobillera electrónica que llevaba como parte de las medidas cautelares. A mediados de diciembre fue sentenciado dentro del segundo grupo de acusados por el intento de golpe de Estado. En su caso, como máximo responsable de la red de carreteras, fue acusado de obstaculizar el desplazamiento de potenciales votantes del presidente Luiz Inácio Lula da Silva durante la segunda vuelta de los comicios.
La Policía Federal brasileña explicó que, en cuanto Vasques se desprendió de la tobillera, las autoridades de Brasil activaron una alerta dirigida a sus contrapartes de Colombia, Paraguay y Argentina. En el momento de su arresto, el exjefe policial portaba un pasaporte paraguayo auténtico, aunque los datos del documento no se correspondían con su verdadera identidad.
Antes de ser condenado en la macrocausa por el intento de golpe de Estado, Vasques ya había sido sentenciado por la Justicia de Río de Janeiro por hacer campaña en favor de un candidato, en este caso Bolsonaro, algo prohibido para los funcionarios, y por hacerlo utilizando recursos oficiales e imagen de la propia Policía de Carreteras.
Asimismo, la Justicia consideró que Vasques contribuyó al “enfrentamiento” entre votantes durante los desplazamientos del 30 de octubre, fecha de la segunda vuelta de las elecciones de 2022, así como en los días posteriores. Por estos hechos fue apartado de su cargo y condenado a abonar una multa de 500.000 reales (unos 76.000 euros).
Por su papel en la trama golpista fue arrestado en 2023, aunque posteriormente quedó en libertad bajo medidas cautelares, entre ellas la obligación de portar una tobillera electrónica, que ahora había quebrantado al tratar de abandonar la región.