El Reino Unido, a través de sus servicios de Inteligencia, ha observado un incremento en los casos de deserción en el ejército ruso, atribuido principalmente a la degradación del sistema y los maltratos a los que son expuestos los soldados. Este fenómeno se aleja significativamente de la «narrativa oficial» que el Kremlin promueve sobre el rol del personal militar en el conflicto en Ucrania.
Un informe publicado por el Ministerio de Defensa británico revela detalles proporcionados por Mediazona, un sitio web independiente, que reporta más de 20.500 casos de militares llevados a juicio desde el comienzo de la invasión en febrero de 2022. De estos, cerca del 90% podrían enfrentar penas de hasta diez años de prisión.
De acuerdo con el análisis de Londres, las razones detrás de la deserción podrían incluir la «brutal disciplina» impuesta, el deficiente cuidado médico a los heridos y la «inadecuada» preparación militar. Es más, los soldados podrían ser enviados al frente de combate solo dos semanas después de enlistarse, con no más de cinco días de entrenamiento previo.
Según la Inteligencia del Reino Unido, existe una «posibilidad realista» de que aquellos condenados por deserción puedan ser reintegrados al servicio, posiblemente en las unidades Storm-Z, compuestas por exconvictos.















