El ministro del Interior de Bélgica, Bernard Quintin, ha expresado su deseo de que, “antes de final de año”, se desplieguen militares en las calles de Bruselas para asistir a la Policía en la lucha contra el narcotráfico, tras recientes incidentes violentos y tiroteos relacionados con esta actividad ilegal.
En una intervención en la radio RTL, Quintin reveló que existe un “acuerdo político” dentro del Gobierno de coalición para iniciar “patrullas mixtas” en las que el Ejército apoyará a la Policía. Además, se está trabajando en “protocolos muy claros” para definir el rol de los militares, quienes no asumirán funciones policiales directas, como detenciones o registros, sino que proporcionarán protección durante las operaciones antidroga.
“Con ello doblas la capacidad policial en las operaciones”, afirmó Quintin, subrayando la necesidad de protección adicional para los agentes en servicio. Esta no es la primera vez que Bélgica incorpora al Ejército en la seguridad pública, ya que lo hicieron después de los ataques terroristas de París en noviembre de 2015 y los de Bruselas en marzo de 2016, pero ahora el enfoque será diferente, operando siempre en patrullas conjuntas bajo supervisión policial.
La propuesta ha sido discutida en el Consejo de Ministros y el documento está redactado, pero todavía requiere la aprobación formal del Gobierno, la revisión del Consejo de Estado y el debate en el Parlamento belga. Mientras tanto, el ministro de Defensa, Theo Francken, ha expresado su disposición para ofrecer “apoyo”, aunque ha mostrado reservas y sugiere que los protocolos deben estar completamente definidos antes de proceder, proponiendo un posible retraso en el despliegue hasta abril del próximo año.