El Ministerio de Exteriores de Bélgica calificó de «sorprendente y decepcionante» la sentencia de diez años de trabajos forzados dictada recientemente contra un cooperante luso-belga en la República Centroafricana. Durante una entrevista con la emisora RFI, un portavoz del ministerio comentó sobre la «severidad» de la pena impuesta el martes a Joseph Figueira Martin, condenado también a abonar una multa de 50 millones de francos centroafricanos (aproximadamente 76.000 euros) por delitos que incluyen asociación delictiva y atentado contra la seguridad del Estado.
Además de las acusaciones ya mencionadas, Martin enfrenta cargos por conspiración, espionaje, incitación al odio y a la revuelta, complicidad en el menoscabo de la seguridad interna y tentativa de desestabilización gubernamental, de acuerdo con el sitio de noticias Ndjoni Sango.
Desde Bélgica, las autoridades han manifestado su «preocupación por la prolongación de su detención dada la condición de salud de Martin», y han reafirmado su compromiso de «continuar el diálogo con las autoridades centroafricanas para asegurar un trato justo» para el detenido.
La defensa apeló la sentencia y la detención del cooperante, ocurrida en mayo de 2024 en Zemio, sureste del país, donde trabajaba como consultor para la ONG estadounidense Family Health International 360 (FHI 360). La organización ha refutado las acusaciones contra Martin, argumentando que «no se corresponden con los hechos que rodean su visita ni con el trabajo de FHI 360».
El Parlamento Europeo destacó en julio que Martin fue «secuestrado (…) por el Grupo Wagner y luego entregado a las autoridades de República Centroafricana», denunciando además «torturas» y un empeoramiento «drástico» en la salud del cooperante detenido «arbitrariamente».