El gobierno de Brasil ha admitido que se produjo un incidente durante la irrupción de unos 150 activistas en la Cumbre del Clima COP30 en Belém, Pará, aunque no lo cataloga como un error. Este suceso, que causó daños y lesiones al personal de seguridad, ha llevado a la ONU a solicitar mejoras en la seguridad, entre otras cuestiones.
Valter Correia, secretario para la COP30, indicó que tras el incidente se realizó una reunión inmediata con los encargados de la seguridad. «Se reconoció que hubo un problema. Que hubo un fallo, no», manifestó Correia, cuyas palabras fueron recogidas por ‘Folha’. Afirmó además que se han identificado áreas de mejora y se ha reforzado la seguridad en el evento.
Correia también comentó que la ONU reconoció los esfuerzos de Brasil por resolver estas cuestiones en una reunión posterior. La carta enviada por Simon Stiell, de la UNFCCC, no solo destacaba problemas de seguridad, sino también deficiencias en la infraestructura del pabellón principal, como la falta de aire acondicionado adecuado y problemas con el suministro de agua.
El funcionario aseguró que se han duplicado los camiones de agua y se están ajustando los sistemas de climatización, resolviendo las preocupaciones de la ONU. «El primer día fue bastante difícil, mejoró y mañana será mejor que hoy», aseguró, prometiendo mejoras continuas.
Stiell también mencionó varios problemas de infraestructura y de salud relacionados con el calor, además de oficinas en condiciones no adecuadas, afectando el normal desarrollo del evento.










