Al menos catorce internos han perdido la vida este fin de semana en la Penitenciaría del Litoral, situada en Guayaquil y considerada una de las prisiones más peligrosas de Ecuador. Las causas de los fallecimientos aún no han sido aclaradas, aunque se producen en medio de una grave crisis sanitaria marcada por brotes de tuberculosis y numerosos casos de desnutrición.
El servicio penitenciario ha confirmado estos decesos, que se añaden a las 20 muertes registradas durante la primera semana de diciembre, relacionadas con las duras condiciones de vida dentro del centro. Según recogen medios ecuatorianos, este domingo las fuerzas de seguridad retiraron ocho cuerpos, que se suman a los seis levantados el sábado.
La Penitenciaría del Litoral figura entre las prisiones más hacinadas del ya deteriorado sistema carcelario ecuatoriano. En torno a 7.000 personas sobreviven en sus instalaciones, distribuidas en doce pabellones que, desde 2021, están bajo el dominio de organizaciones criminales como Los Choneros, Los Lobos o Lating Kings.
El Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH) de Ecuador ya había alertado de que, en lo que va de año, al menos 590 personas han muerto en esta cárcel por problemas vinculados a la salud y la alimentación. “Sus cuerpos fueron encontrados en estados deplorables”, denunció el organismo en un informe difundido en noviembre.
El CDH subrayó que la situación, ya crítica, de la población penitenciaria se ha agravado desde que el presidente Daniel Noboa declaró el estado de conflicto armado interno para intentar frenar la violencia de las bandas, acusando al Ejecutivo de “permitir la degradación” deliberada de los centros de reclusión.
El dominio de las prisiones por parte de estos grupos criminales fue uno de los argumentos esgrimidos por Noboa para decretar en enero de 2024 el estado de conflicto interno —que continúa en vigor—, después de que desde una de estas cárceles se organizara el asalto de un comando armado a un canal de televisión, episodio que culminó una escalada de violencia sin precedentes.