El Gobierno de Dinamarca y una amplia mayoría del Parlamento han cerrado este miércoles un acuerdo por el que el Estado abonará indemnizaciones de 300.000 coronas danesas, algo más de 40.000 euros, a las mujeres de Groenlandia que entre 1960 y 1991 fueron sometidas a métodos anticonceptivos sin su conocimiento ni consentimiento, en la etapa en la que el sistema sanitario de la isla estaba bajo la responsabilidad directa de Copenhague.
El Ministerio de Interior y de Salud danés ha hecho público el pacto mediante un comunicado oficial en el que su titular, Sophie Lohde, ha reconocido que «el caso del DIU (Dispositivo IntraUterino) es un capítulo oscuro» en la «historia compartida» entre Groenlandia y Dinamarca. Según ha recalcado, «ha tenido graves consecuencias para las mujeres groenlandesas, que han sufrido daños físicos y psicológicos, y que aún hoy impactan en la percepción de Dinamarca y del Reino».
La ministra ha admitido que «lamentablemente, no podemos eliminar el dolor de las mujeres, pero la compensación ayuda a reconocer y disculpar las experiencias que han vivido. Me complace que una amplia mayoría en el Folketing (la única cámara del Parlamento danés) garantice que las mujeres afectadas puedan recibir una compensación económica». Las ayudas, fijadas en 300.000 coronas danesas (41.168 euros), se dirigen a las mujeres inuit a las que se les administraron anticonceptivos sin que fueran informadas ni dieran su autorización en el periodo 1960-1991, cuando Dinamarca gestionaba la sanidad en Groenlandia.
Las afectadas podrán empezar a solicitar las indemnizaciones a partir de abril de 2026. Para acceder a ellas deberán justificar su caso y declarar bajo juramento que se les suministraron anticonceptivos sin su conocimiento o consentimiento. Paralelamente, Copenhague pondrá en marcha en la isla «un programa de orientación comunitaria de un año de duración» con el objetivo de acompañar a las víctimas durante todo el procedimiento administrativo.
El acuerdo contempla también un cauce específico para las mujeres implicadas en la demanda colectiva presentada en 2024 por cerca de 150 afectadas en el llamado caso Espiral, que alcanza a unas 4.500 mujeres y niñas groenlandesas. En su caso, no tendrán que cursar una solicitud individual: la compensación se les otorgará de forma directa siempre que se verifique que cumplen los requisitos establecidos, según ha precisado el propio Ministerio.
Lohde ha insistido en que «no podemos cambiar el pasado, pero podemos aprender de él para no repetir los fracasos que estas mujeres han experimentado», y ha asegurado sentirse profundamente impresionada por los relatos de numerosas víctimas que han salido a la luz en los últimos años.
El primer ministro de Groenlandia, Jens Frederik Nielsen, ha valorado de forma positiva el anuncio y ha señalado: «Me alegro de que las mujeres que han sido tratadas de forma injusta y desigual hayan recibido un trato justo», aunque ha matizado que el diseño del proceso podría haberse gestionado de manera más satisfactoria.
Nielsen ha destacado igualmente que la relación histórica entre Groenlandia y Dinamarca «contiene muchos errores» y que, a la luz de los hechos revelados en las últimas décadas, «aún se están llevando a cabo otras investigaciones» para esclarecer por completo lo sucedido.
El compromiso de compensar económicamente a las mujeres groenlandesas supone un nuevo avance en un caso que ya llevó en agosto del año pasado a la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, a presentar una disculpa oficial ante las afectadas, víctimas de «discriminación sistemática» y que «fueron sometidas a abusos por parte del sistema de salud danés» durante aquel periodo.
Frederiksen ya había pedido perdón en marzo de 2022 a seis inuit en una ceremonia celebrada en Copenhague por un experimento social de los años 50, cuando un grupo de niños fue separado de sus familias y trasladado a Dinamarca para ser educado y asimilado en hogares adoptivos daneses, un episodio que también ha marcado profundamente la memoria colectiva groenlandesa.










