Un grupo de doce antiguos agentes del FBI ha presentado este lunes una demanda contra el actual director de la agencia, Kash Patel, al que responsabilizan de haberles apartado del servicio tras arrodillarse durante una protesta celebrada en 2020, en plena oleada de manifestaciones posteriores al asesinato del afroamericano George Floyd a manos de un agente de Policía. En la querella, sostienen que Patel “eludió los procesos internos del FBI para sus propios fines políticos” cuando ordenó sus despidos.
De acuerdo con la información adelantada por la cadena CNN, el escrito judicial defiende que la decisión de arrodillarse fue una actuación “táctica” y “meditada” por parte de los exagentes. Aseguran que, gracias a ese gesto, una “turba que incluía individuos hostiles” hacia los miembros del cuerpo “siguió adelante sin que se desatara la violencia”, evitando así un posible estallido en un momento de máxima tensión social.
El documento subraya que “el expediente de la investigación estableció que cada demandante actuó de forma apolítica y táctica para reducir la tensión, con el objetivo de preservar vidas estadounidenses y mantener el orden, y sin ningún propósito indebido”. Los exagentes recalcan que su comportamiento se enmarcó en los protocolos para rebajar la confrontación y no obedeció a motivaciones partidistas.
Según la demanda, los entonces integrantes del FBI sostienen que Patel ya tenía decidido cesarles incluso antes de asumir plenamente la dirección del organismo y que, llegado el momento, “eludió los procesos internos del FBI para sus propios fines políticos”. Afirman que tanto Patel como otros altos cargos interpretaron que la fotografía del momento en que se arrodillaron y su actuación “no estaban alineadas con el presidente (Donald) Trump”, lo que, a su juicio, supuso una vulneración de sus derechos constitucionales, entre ellos los protegidos por la Primera Enmienda.
En las cartas de despido remitidas a los afectados, el director apenas se limitó a indicar que los exagentes “habían demostrado una conducta poco profesional y falta de imparcialidad en el desempeño de sus funciones, llevando a la instrumentalización política del Gobierno”, conforme recoge la propia demanda. Los demandantes consideran que estas justificaciones encubrían una decisión motivada por consideraciones políticas y no disciplinarias.
La acción judicial registrada este lunes se suma a otra presentada el pasado septiembre por un grupo distinto de altos cargos del FBI que también denunciaron haber sido apartados por motivos políticos. Entre ellos figura el que fuera subdirector de la oficina local de Washington D.C., Steven Jensen, quien, según el nuevo escrito, había planteado que se autorizara una investigación interna estándar sobre el incidente del arrodillamiento que ahora centra la demanda de los doce exagentes.











