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El activista egipcio-británico Alaa Abdelfatá pide perdón por antiguas publicaciones en redes sociales

Alaa Abdelfatá se disculpa por viejos tuits reabiertos en redes que han provocado peticiones para retirarle la ciudadanía británica y expulsarle de Reino Unido.

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Carteles a favor de la liberación del activista egipcio-británico Alaa Abdelfatá Europa Press/Contacto/Vuk Valcic

Carteles a favor de la liberación del activista egipcio-británico Alaa Abdelfatá Europa Press/Contacto/Vuk Valcic

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El activista egipcio-británico Alaa Abdelfatá, que hace poco llegó a Reino Unido tras ser puesto en libertad después de casi diez años encarcelado en Egipto, se ha visto obligado este lunes a disculparse por una serie de antiguos mensajes que han reaparecido en redes sociales y que han llevado incluso a varios políticos conservadores a reclamar que se le retire la nacionalidad británica.

“En su mayoría, eran expresiones de la ira y la frustración de un joven en tiempos de crisis regionales (las guerras en Irak, Líbano y Gaza) y el aumento de la brutalidad policial contra la juventud egipcia. Lamento especialmente algunos que fueron escritos en medio de una batalla de insultos online en total desprecio a cómo lo podría interpretar el resto de la gente”, ha afirmado.

En esta línea, el activista ha admitido que algunos de esos mensajes resultan “impactantes” y “dolorosos”. “Por ello me disculpo sin ambages”, ha señalado, detallando que en su juventud recurría a tonos “frívolos, impactantes y sarcásticos en el naciente y febril mundo de las redes sociales”.

“Algunos tuits han sido completamente malinterpretados, aparentemente de mala fe. Por ejemplo, un tuit compartido para alegar homofobia por mi parte, en realidad ridiculizaba la homofobia. He pagado un alto precio por mi apoyo público a los derechos LGBTQ en Egipto y en el mundo”, ha defendido.

De igual modo, ha sostenido que otro mensaje fue “malinterpretado” para presentar que simpatiza con la negación del Holocausto. “De hecho, el intercambio demuestra que claramente me estaba burlando de la negación del Holocausto”, ha argüido.

“Me tomo muy en serio las acusaciones de antisemitismo. Siempre he creído que el sectarismo y el racismo son fuerzas siniestras y peligrosas, y cumplí mi parte y pagué el precio por defender los derechos de las minorías religiosas en Egipto”, ha añadido.

El activista ha insistido en que fue enviado a prisión por su “constante defensa de la igualdad, la justicia y la democracia laica”. “Esto incluyó rechazar de forma pública el discurso antijudío en Egipto, a menudo con riesgo para mí mismo, defender los derechos LGBTQ+, defender a los cristianos egipcios y hacer campaña contra la tortura y la brutalidad policial”, ha aseverado.

El primer ministro británico, Keir Starmer, ha calificado las publicaciones en redes de “absolutamente aborrecibles”. “Sé que con el aumento del antisemitismo y los recientes ataques, ha aumentado la angustia de muchos en la comunidad judía en Reino Unido. Estamos tomando medidas para revisar los fallos de información en este caso”, ha expresado.

Por su parte, la líder de la oposición británica, Kemi Badenoch, había pedido anteriormente al Ministerio del Interior “considerar todas las opciones posibles” contra el activista, entre ellas la retirada de la ciudadanía y su expulsión de Reino Unido.

“Una cosa es trabajar por la liberación de alguien que ha sido tratado injustamente, como lo hicieron gobiernos anteriores. Otra muy distinta es elevarlo, públicamente y sin crítica alguna, a la categoría de héroe moral”, ha apuntado.

En este contexto, ha recalcado que, ante el incremento de los discursos de odio contra las comunidades judías desde los ataques del 7 de octubre de 2023 por parte de las milicias palestinas --incluyendo los asesinatos en Mánchester, la playa de Bondi y otros lugares-- los “llamamientos a la violencia contra los judíos no pueden ignorarse”.

El activista, una de las figuras más visibles de la revuelta que llevó a la caída del régimen del presidente Hosni Mubarak en 2011, en el marco de la conocida como Primavera Árabe, fue sentenciado a cinco años de prisión por difundir “noticias falsas” tras criticar al Gobierno egipcio, aunque permaneció otros dos años adicionales entre rejas porque las autoridades no contabilizaron el periodo que pasó en prisión preventiva.

Su familia denunció que durante todo ese tiempo no recibió ninguna visita consular, lo que llevó tanto a él como a su madre a iniciar huelgas de hambre. Tras una solicitud del Consejo Nacional para los Derechos Humanos (NCHR), el presidente Abdelfatá al Sisi le concedió el indulto.

Después de su liberación, el activista denunció que las autoridades egipcias le habían impuesto una prohibición de salir del país, aunque finalmente consiguió viajar a Londres para reunirse con sus familiares, un desenlace que fue celebrado públicamente por el propio Starmer.