El Congreso de Estados Unidos ha aprobado de manera definitiva la eliminación del paquete de sanciones que recaía sobre Siria durante el mandato del expresidente Bashar al Assad, lo que despeja el terreno para que vuelvan a fluir las inversiones hacia este país de Oriente Próximo.
Diputados y senadores han respaldado el fin de la denominada Ley Caesar, instaurada en 2019 e integrada por duras restricciones dirigidas contra Damasco. Esta legislación ya había sido suspendida en dos ocasiones por decisión del entonces presidente estadounidense, Donald Trump, pero ahora se ha eliminado por completo, tal y como venía reclamando el presidente de transición sirio, Ahmed al Shara.
La Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos ha señalado en un comunicado que la supresión de esta normativa queda “garantizada” para el próximo año fiscal --aunque la medida contaba ya con el visto bueno previo de la Cámara de Representantes, por lo que la última palabra la tendrá ahora Trump para su ratificación--.
“Estas sanciones fueron impuestas durante la dictadura de Al Assad en Siria, pero desde que cayó el régimen, apoyamos el desarrollo económico y las inversiones en Siria para favorecer la estabilidad del país”, afirma el documento, que define la decisión como un “paso decisivo para que el pueblo sirio tenga una oportunidad real de reconstruir el país tras décadas de un sufrimiento inimaginable”.
En la misma línea, el texto subraya que el levantamiento de las sanciones se ha materializado tras “meses de esfuerzos diplomáticos y coordinación bipartita”, culminando en una votación en el Senado saldada con 77 apoyos y 20 votos en contra.
Al Shara asumió la jefatura del Ejecutivo de transición después de la caída, en diciembre de 2024, de Al Assad, derribado por una ofensiva conjunta de grupos yihadistas y facciones rebeldes lideradas por Hayat Tahrir al Sham (HTS), organización que entonces estaba encabezada por el actual mandatario, conocido por su nombre de guerra, “'Abú Mohamed al Golani'”.