El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha desestimado este martes la petición del presidente Donald Trump para permitir el envío de la Guardia Nacional a Chicago, un revés para el mandatario, que buscaba contar con estos efectivos en las redadas antimigratorias en esta ciudad bajo administración demócrata.
“En esta etapa preliminar, el Gobierno no ha identificado una fuente de autoridad que permita a los militares ejecutar las leyes en Illinois”, ha indicado el tribunal en un escrito citado por la agencia de noticias Bloomberg, en el que recuerda que el presidente solo puede recurrir a este tipo de despliegues para apoyar a las fuerzas del orden estatales en circunstancias “excepcionales”.
En el mismo documento, la corte concluye que tampoco ha quedado acreditado que el jefe de la Casa Blanca tenga capacidad legal para “federalizar la Guardia Nacional en el ejercicio de su autoridad inherente para proteger al personal y la propiedad federal en Illinois”.
Con esta resolución, el alto tribunal mantiene en vigor la decisión judicial que frenó el despliegue de tropas el pasado 9 de octubre, tras más de dos meses de deliberaciones. Se trata de un periodo inusualmente prolongado para una solicitud que alegaba que los militares eran necesarios “para prevenir riesgos continuos e intolerables para la vida y la seguridad del personal federal”.
El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, ha aplaudido en una nota oficial el pronunciamiento del Supremo al “reprender los intentos presidente Trump de militarizar y demonizar nuestra ciudad”, mientras que el gobernador de Illinois, Jay Robert Pritzker, ha definido el dictamen como “una gran victoria para Illinois y la democracia estadounidense”.
Por otro lado, la Casa Blanca ha subrayado que “nada en el fallo de hoy menoscaba” la agenda del Ejecutivo, que “seguirá trabajando día tras día para proteger al pueblo estadounidense”, según ha manifestado su portavoz, Abigail Jackson.