Desde 2026, Estonia vetará totalmente la adquisición e importación de gas natural proveniente de Rusia, siguiendo las sanciones internacionales impuestas tras la invasión de Ucrania por parte de este país. Este anuncio se produce después de más de tres años y medio de conflicto.
Anteriormente, la importación de este recurso era permitida siempre que su uso no se destinase a las redes de distribución, según ha indicado el ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, Margus Tsahkna. “Una vez la enmienda entre en vigor, la prohibición se aplicará al gas importado fuera de las redes de distribución”, afirmó Tsahkna.
La entrada en vigor de esta prohibición será efectiva a partir del 1 de enero de 2026. Con esta medida, el gobierno estonio busca “aumentar el precio de la agresión rusa” y “reducir los ingresos con los que Moscú alimenta su maquinaria bélica”, aunque el impacto en los consumidores será mínimo debido al bajo volumen de importaciones.
Además, el ministro Tsahkna ha anunciado que esta restricción se extenderá también a Bielorrusia, por el apoyo que ha prestado a Rusia en su conflicto bélico en Ucrania, tal como reporta el periódico ‘Postimees’.











