Hannibal Gadafi, hijo del exlíder libio Muamar Gadafi, ha sido trasladado de urgencia a un hospital debido a un serio empeoramiento de su salud en la prisión libanesa donde lleva detenido una década.
Detenido en 2015 por las autoridades de seguridad de Líbano, fue interrogado en relación con la desaparición del imán chií libanés Musa al Sadr. A pesar de que Hannibal solo tenía tres años en el momento de la desaparición del imán, se le consideraba posible fuente de información por sus conexiones familiares.
La organización Human Rights Watch exigió el año pasado su liberación al denunciar una ‘aparente detención arbitraria’ por cargos poco fundamentados. Aunque reconoció tener conocimiento sobre quién estuvo detrás del secuestro del imán, Gadafi se reservó la información, esperando garantías para su seguridad fuera de Líbano. No se le imputa participación directa, pero sí se le acusa de retener información y obstruir la justicia. En 2023, comenzó una huelga de hambre en protesta por su situación, lo que ha deteriorado gravemente su estado de salud.
El juez Jamal al Hayar, fiscal general del Líbano, ha ordenado que se le proporcione atención médica inmediata después de que los informes indicaran un grave deterioro en su salud, exacerbado por un problema hepático crónico que le ha provocado intensos dolores abdominales durante meses, según reporta Libya Observer.